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Reforma de pensiones y licenciados universitarios. Un futuro incierto.

Según la nueva reforma de pensiones, una persona podrá jubilarse a los 65 años siempre y cuando haya cotizado 38,5 años. Para el resto, la edad legal de jubilación será a los 67 años. Esto abre algunas vías polémicas, como por ejemplo nuestros actuales universitarios. Para que un joven se pueda jubilar a los 65 años, deberá comenzar a trabajar (cotizar) desde los 26,5 años ininterrumpidamente, es decir, que no tenga la mala suerte de quedarse en el paro durante un tiempo, ya que de suceder esto, sus planes de jubilación se pueden ir al traste.

Además, nos encontramos con otro problema que padecen aquellas personas con alto nivel de preparación, los cuales tendrán problemas para incorporarse a las empresas sin pasar antes por el aro de ser becarios que trabajadores. Mientras no se solucione y se confirmen las nuevas reformas sobre la contratación de becarios, hasta ahora se contempla la posibilidad de que un licenciado universitario pueda tener tantos contratos de «prueba» como labores y funciones distintas se le asigne. En pocas palabras, un universitario podrá tener un contrato de prueba de dos años en funciones administrativas, y al término de su contrato, esa misma empresa podrá realizar otro contrato de prueba en un departamento en el que ejerza funciones distintas, como puede ser Recursos Humanos.

El problema de los becarios es su tardía incorporación al mercado laboral, ya que las empresas no consideran que estén preparados justo al salir de la universidad, por lo que sencillamente, un recién licenciado  puede pasar dos años como becario y otros cuatro años con contratos de prueba. Un sistema ideal para que el joven no comience a tener una cotización digna hasta pasar de los 30 años, por no hablar de las empresas que aprovecharán esta situación dentro de la ley para cubrir sus plantillas año tras año con el constante flujo de becarios.

Ver también:  El secreto del éxito (Analogía).

Ahora hablemos de la reforma de pensiones.

Base reguladora: Hasta ahora, la pensión se calcula dividiendo entre 210 la base de cotización del trabajador durante los 180 meses (quince años) anteriores a su jubilación. En este cálculo se tiene en cuenta la inflación. La reforma prevé una ampliación, en dos pasos, en los años que sirven para este cálculo: primero se cogerán 20 y luego 25 años.

Ejemplo: Imaginemos a una persona que de los 40 a los 50 años cotizó el equivalente a 1.000 euros/mes actuales. A esa edad, le subieron el sueldo y empezó a cotizar 1.500 euros/mes hasta los 65 años.

Hasta ahora, su pensión sería de 1.500*180/210 = 1.285 euros al mes.

Con esta reforma, su pensión será: (1.500*180) + (1.000*120) / 350 = 1.114 euros/mes.

Consecuencias: Cada uno tendrá que hacer sus cálculos. A unos pocos, la reforma les podría beneficiar. Por ejemplo, alguien que hubiese cotizado mucho de los 40 a los 50 años y se hubiese quedado en paro en ese momento. A la mayoría, les perjudicará, porque casi todo el mundo cobra más con 65 años que con 40.

Ejemplo en la actualidad: si el jubilado de nuestro ejemplo había cotizado 35 años, cobraba los 1.285 euros de los que hablábamos antes. Si había cotizado 34 años cobraba 1.285*0,98 = 1.259. Y si había empezado a cotizar a los cuarenta (25 años antes de su jubilación) cobraba 1.285*0,8 = 1.028

Tras la reforma: La nueva norma ampliará el número mínimo a los 37 años. Incluso quien se jubile a los 67 años tendrá que haber trabajado al menos dos años más que los actuales pensionistas para cobrar el máximo correspondiente a su base de cotización.
¿A quién afecta esta reforma? 
Los actuales pensionistas no tienen nada que temer. Su pensión está asegurada. La reforma se comenzará a poner en marcha a partir del año 2013, y su aplicación será progresiva.
Los más perjudicados por esta reforma aún están por definir, aunque si unimos la reforma de las pensiones con la situación que hemos expuesto arriba de los jóvenes licenciados universitarios, está claro que a ellos no les va a beneficiar en absoluto, más que nada, por el alto índice de paro que hay entre los jóvenes, que si no recuerdo mal, se encuentra en el 40%.
Pocas expectativas del mercado laboral, tardía incorporación y una reforma de pensiones que no te dejará irte a casa hasta que no cumplas el mínimo de cotización.
Eso sí, si esta situación asusta, más asusta el hecho de que aún no hay cálculos que confirmen que el sistema de pensiones español vaya a ser sostenible en el tiempo, y teniendo en cuenta hacia dónde se dirigen las medidas anti-crisis, si somos capaces de tocar la sanidad y la educación, seremos muy capaces de tocar a nuestros pensionistas.
Es por eso que para evitar una futura situación desagradable, se abren varias vías de soluciones. 
  • No depender de una empresa que te contrate, y más si tiene pensado que cobres con una licenciatura igual que el «chico de los recados», con la diferencia, de que el chico de los recados está en plantilla fija. 
  • Inicia tu propia empresa: Hasta ahora, en España existía un miedo, y es que una persona que cotizaba en el régimen de la seguridad social solía tener una «paga de jubilación» mayor a la de un empresario autónomo. Hoy día la balanza podría estar equilibrada, al ser posible que la solución a tu calidad de vida de pensionista sea un plan de pensiones privado.
  • Aprender finanzas: Es inexplicable que la gente recurra a planes de pensiones privados. Esto me imagino que se deberá al desconocimiento financiero. Todo aquel que lleve 10 años aportando dinero a un plan de pensiones, ha perdido dinero. No importa el plan de pensiones que tengas, es totalmente seguro que su rentabilidad ha estado muy por debajo de la inflación, es decir, te ha rendido lo mismo que meter tus ahorros en una caja fuerte o bajo un colchón.
A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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