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El método de inversión antiguo VS método de inversión moderno. La máquina contra la mente.

Hasta ahora, ningún jugador de ajedrez ha conseguido vencer a un ordenador, ya que el ordenador ha hecho todos los cálculos posibles de movimientos, lo que significa que la partida ya había acabado antes de comenzar. Se pretende mecanizar la inversión, hasta el punto de que ya existen sofisticados programas de inversión, los cuales detectan la tendencia del mercado a los pocos segundos de producirse e inmediatamente envían una recomendación de compra o venta de un valor. Son programas efectivos, aunque por algún motivo, como ya hemos hablado en otras ocasiones, quien juega al Trading asiduamente, termina perdiendo (Salvo alguna excepción).

La inversión es un juego más simple que el ajedrez, pero a su vez es mucho más complejo si tenemos en cuenta que hay inversores que año tras año han vencido a la máquina. En la inversión, el cerebro puede tener algo que jamás tendrá el ordenador, dos ojos para leer noticias financieras, dos oídos para escuchar acontecimientos que podrían cambiar el rumbo del mercado y lo que es más importante, la capacidad de aprendizaje y el sentido común.

Inversores de la antigua escuela reconocen que pocas veces han analizado un gráfico de una acción, aunque han dedicado horas al análisis de las cuentas de una empresa.

El método mecanizado de inversión a través de programas tiende a recomendar una compra de acciones cuando la acción ha iniciado un recorrido alcista o esta lleva ya un tiempo bajando su valor.

Con respecto a comprar una acción cuando está cayendo, la vieja escuela de inversión suele decir que eso es tan arriesgado como coger un cuchillo mientras está cayendo.

Ahora aparecen jóvenes licenciados recién salidos de las Universidades y ponen en duda el método de inversión de los grandes inversores de la historia, como Graham, Buffett o Lynch. «Su método está anticuado, su método no sirve para un pequeño inversor». A Algunos se les olvida que ese método de inversión fue el que usaron para pasar de ser pequeños ahorradores a grandes inversores, por lo que fue un método totalmente rentable para ellos.

Eso me recuerda a la situación que se da cuando un hijo hereda la empresa de su padre. «Papá, tú no entiendes de eso, estás anticuado». Y el niño se carga en 2 años la empresa que su padre regentó durante 30 años (Más conocimientos, más Ego, pero menos experiencia en el campo de batalla).

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Hay algunas cosas en esta vida que por mucho tiempo que pase, se seguirán haciendo igual, entre ellas están el sexo y la inversión. Pueden aparecer nuevas posturas (nuevos vehículos de inversión), pero al final todo acaba derivando hacia lo mismo, la rentabilidad (el orgasmo), y al igual que ocurre con el orgasmo, la rentabilidad a veces…tampoco llega, debido a que hemos fallado en el método.

Los nuevos inversores son amantes del Forex (divisas), Futuros, fondos de inversión y toda clase de derivados de la bolsa. Estos productos no gustan a los antiguos, pues saben que a fín de cuentas, la mayoría de estos productos dependen del mismo mercado.

Benjamin Graham argumentaba que en esas malas épocas en las que la bolsa estaba difícil, todo consistía en diversificar la inversión y buscar otros mercados. Si Wall Street está flojo, buscaba la bolsa de Londres o Tokio . Si un país atraviesa un problema económico puntual, lo analizaremos del mismo modo que un valor de bolsa e invertiremos en bonos, obligaciones (Deuda gubernamental) o deuda corporativa, ya que en ese momento suelen pagar altas rentabilidades,  siempre y cuando confíes en la futura recuperación de la economía a largo plazo. Por no olvidar los Países Emergentes. Esa es la única forma y el único secreto de mantener una media de rentabilidad anual elevada.

Ser inversor es una actitud mental que te distingue del especulador.

Según Graham, yo no soy un inversor, y la verdad, tiene razón. En cuanto veo alta rentabilidad no me lo pienso dos veces y no vacilo a la hora de vender las acciones con plusvalía. Es cierto que eso es especulación, ya que no creas valor en la empresa, te aprovechas de ella.

Ser inversor es hacerte parte de una empresa en la que confíes, pertenecer a su junta de accionistas y ayudar en la toma de decisiones que marcarán el futuro de la empresa. Ser inversor es ser socio de una empresa de la que puedes dejar tu herencia a tus descendientes en forma de títulos.

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Quizás esta sea la parte del método que no funciona para el pequeño inversor, ya que el inversor que no dispone de mucho capital, no le atrae la idea de apalancar su dinero durante 10 años. Más bien busca hacer muchas operaciones y obtener ganancias más rápidas. En este punto nos advierten los «dinusaurios» de la inversión, y es que según ellos…

«Si eliges un valor correcto, el cual has estudiado detenidamente, has elegido una empresa con proyección, tiene un buen gerente y  se está haciendo con nuevos mercados y pagan buenos dividendos, apalancar tu dinero en ese tipo de empresa será una de las inversiones más rentables. Si picas de flor en flor cada vez con más ahínco, tarde o temprano, la confianza hará que piques en una flor envenenada»

Un consejo válido, claro que yo le aplicaría una cláusula, y sería invertir en esa empresa un 70% del disponible para invertir y usar el otro 30% para invertirlo en las oportunidades claras de inversión, que las hay.

Invertir es usar el cerebro.

Otra cosa que no puede hacer un programa de ordenador es analizar qué van a hacer miles de inversores ante una situación concreta. Tú si puedes saberlo. Para conocerlo es de vital importancia estudiar el tipo de accionistas que tiene la empresa. No se mueve igual en la bolsa una empresa cuyos accionistas sean en un 98% pequeños inversores a una empresa que una sola persona o entidad disponga del 90% de las acciones. Si esa persona o entidad dijera de vender, el valor iría al suelo en unos segundos.

Hace algunos meses se decía que unos estudiantes preveían el movimiento de las acciones utilizando un algoritmo basado en la red Twitter. Este algoritmo medía las veces que esa empresa se nombraba en la red, por lo que el método resultaba eficaz siempre y cuando las noticias fueran de nuevas adquisiciones, compras o entradas en otros mercados, ya que como es más que evidente, en caso de que una Aerolínea sea Trend Topic por un accidente de avión, no creo que el valor de sus acciones suba, todo lo contrario.

Ver también:  Los peligros de Invertir con terceras personas (Bancos, asesores, etc..)

No obstante, el algoritmo diseñado por estos estudiantes tiene su sentido, y es que al igual que un cantante, cuanto más salga en televisión, más discos venderá.

Si hiciste bien los deberes a la hora de elegir tu inversión, para cuando el algoritmo detecte la empresa que va a subir escandalosamente su valor, tú ya deberías estar dentro.

Buffett es un gran inversor, porque como él mismo dice, es buen inversor porque entiende de negocios, por lo que es capaz de detectar una empresa infravalorada con capacidad para crecer, cosa que nuevamente la máquina no es capaz de hacer. Elegir una empresa que acaba de comenzar y saber reconocer que esa empresa tendrá éxito al estar en el mercado correcto, no es cuestión de entender de finanzas, es cuestión de entender la mentalidad del consumidor y la dirección del mercado.

En definitiva: Usar el cerebro para la inversión es conocer el pensamiento del consumidor y del resto de inversores. La inversión es una competición, donde al final del torneo gana el más inteligente. El método de inversión de los maestros, por ahora ha vencido a los traders, a las máquinas y a los propios mercados.

Es por eso que cuando me piden que recomiende un libro para entender la inversión, siempre recomiendo «El Inversor Inteligente» de Benjamin Graham, el cual es antiguo, pero al igual que ahora están de moda las terapias sexuales del antiguo oriente, Graham te dará los secretos para conseguir muy buenos «orgasmos bursátiles».

«Algún día, los programas informáticos comprarán y venderán los valores por nosotros. Serán tan inteligentes que sin manipulación humana otorgarán grandes beneficios a los inversores. Cuando llegue ese día, cualquier persona que use la inteligencia natural y no artificial se bañará en oro»

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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