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La iglesia invirtió en pagarés de Nueva Rumasa.

No hablamos de la iglesia en general, aunque sí de uno de sus trabajadores. El párroco Jordi Castellet, destinado en Sant Hipòlit de Voltregà (Osona), ha sido destituido de su cargo por darse a conocer que ha incumplido varios votos que hace todo sacerdote: obediencia y pobreza, por no hablar de algún pecado capital como la avaricia. El Padre Jordi Castellet invirtió en los famosos pagarés de Nueva Rumasa la frívola cantidad de 200,000 euros.

Según el diario El País, a raíz de la caída de Nueva Rumasa, el párroco intentó recuperar el dinero perdido pidiendo a los feligreses 50€ por cabeza ó 150€ por familia para las reformas del techo de la iglesia.


De alguna forma, la inversión ha salido a la luz, pues este párroco no ha tenido más remedio que reconocer el motivo de su inversión, y es que buscó una forma de sacarle rendimiento al dinero, aún sabiendo de los riesgos que tenía la inversión, para, nuevamente, arreglar el techo de la iglesia.

Hasta aquí, básicamente la noticia, aunque ahora me surgirían algunas preguntas que me vienen a la cabeza. La primera es… ¿cómo en tiempos de crisis un cura tiene 200,000€ mientras hay personas que no pueden comer?. Si el templo de Dios no se hace de oro y ladrillo… ¿por qué usar ese oro para reparar ladrillo en lugar de destinarlo donde realmente querría el mismísimo Jesucristo?, al más necesitado, al pobre, al moribundo, etc…

Como hemos podido observar, si bien Dios está en todas partes, en lo referente a inversiones, no suele ayudar mucho, claro que siempre el padre Castellet podrá decirle a sus feligreses eso de «Que Dios os lo pague», pues yo he perdido el dinero.

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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