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Trucos para no ser despedido

Antes se decía “quien tiene un amigo tiene un tesoro”. Ahora
se traduce “quien tiene curro, tiene un tesoro”.  En un país con una tasa de desempleo del 24%
bien merece la pena, hacer esfuerzos por conservarlo aquellos que aún
disfrutamos de ese bien tan preciado y escaso en la actualidad.

No existen formulas mágicas, no existen recetas milagrosas,
pero siempre hay consejos que se pueden aplicar e intentar mantener el empleo
al que dedicamos mucho de nuestro tiempo y nos permite vivir con relativa
comodidad, al menos, pagar las facturas.

Algunos trucos para mantener el empleo son:

Puntualidad, además de una pauta educativa, el
puesto de trabajo tiene un horario que respetar. Por lo tanto, salvo contadas
excepciones y justificadas, se puntual con la hora de incorporación al puesto.

Trabajador. Se honesto en tu trabajo. Dedica tu
jornada laboral a sacar trabajo de tu empresa  con honestidad. No intentes hacerlo todo, que
no eres superman, pero sí aquello que se te ha encomendado.

Cordialidad. Se cordial y amable con tus
compañeros y superiores. Mantén una relación profesional, pero también personal
con aquellos que te rodean con independencia del cargo que ocupen. Integrate en
tu equipo de trabajo.

Organiza tus tareas, todo es importante, pero debe
mantenerse un orden de prioridades. Realiza una lista de tareas y prioridades,
para empezar con lo urgente y desplazar al final aquellas cosas que pueden
esperar.

La eficacia es tu
lema. Contesta tus correos y tus trabajos. Realiza un seguimiento de ellos y
comprueba  la eficacia de tus gestiones y
trabajos.

Pautas de descanso. Toda actividad necesita de un
descanso puntual cada cierto tiempo. Haz pequeños descansos y reparte tu
trabajo durante toda tu jornada de trabajo. No es cuestión de aplicar los
contenidos rápidamente y quedarte sin más actividad. En caso de que ocurra, ten
recursos para cumplir con tu jornada laboral.

Ordena tu puesto de trabajo. Se consciente donde
tienes las tareas realizadas, donde están los temas pendientes y aquellos que
ya se han concluido. No pierdas el tiempo buscando cosas por tu falta de
organización, sino que mantén ordenado tu puesto y tus contenidos.

Colabora con tu empresa aportando tus sugerencias
e ideas de mejora, tanto en tus tareas habituales como en el negocio general de
la empresa.

Dispuesto a todo por aquel negocio del que vives.
Pon tus mejores esfuerzos para conseguir los mejores resultados productivos.
Desde luego te pagan poco para el trabajo que haces y otros ganan más. Pero
piensa que si el negocio fracasa, el que más pierde eres tú que vives de él.

Se proactivo a
todos los cambios y necesidades que la empresa solicite de ti. Pon los
esfuerzos en aquellas debilidades de la empresa para convertirlas en
fortalezas.

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

2 comentarios

  • Lo que dice Rosa tiene mucho de cierto, fui testigo de esos casos, y aunque seguramente no es una regla general, ya que todavía existe gente decente ocupando puestos de alto rango en las empresas, si es algo que pasa.

    Yo agregaría: Deja de andar paseando por Twitter, Gmail, G+, etc, en horas de trabajo; jaja, sólo un poco de sentido del humor 😉 Buen artículo.

    • Creo que todos tienen parte de razón, desde el autor, Carlos Alonso, hasta incluso, Rosa Silva.

      Claro que Gregorio también está en lo cierto para según qué puestos de trabajo. Mi primer trabajo fue de comercial (ventas). En ese departamento no se te mide por simpático ni por puntualidad, sino por cumplimiento de objetivos, así que si eras capaz de alcanzar las ventas que te pedían, no importaba si no aparecías por la empresa.

      Saludos!!

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