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1 pequeño secreto de los grandes hombres de negocios: Tomar pocas decisiones.

Puede parecer algo contradictorio, pues asimilamos que ser empresario consiste en tomar continuamente decisiones. El problema es que el ancho de banda mental también tiene un límite, y una de las primeras cosas que aconsejaría un coach de negocios es que se limiten el número de decisiones.

Probablemente, a lo largo del día tomamos cientos de pequeñas decisiones, y esas pequeñas decisiones son las que perturban la toma de grandes decisiones en los negocios.

empresario exitoso orgullosoDebe haber muchos secretos entre las personas de éxito, y entre ellos está el ser una persona disciplinada, ordenada y con la mente despejada para tomar buenas decisiones en los temas importantes. Puede que no nos demos cuenta, pero desde que nos levantamos por la mañana, comenzamos a tomar pequeñas decisiones: ¿Qué traje me pongo, de qué color, liso o de rayas, qué camisa, qué corbata, qué voy a desayunar, qué camino tomo para llegar temprano al trabajo, qué le digo a aquel cliente que me llamó el otro día, dónde almuerzo, qué almuerzo, etc…?

El propio Barack Obama reconocía que para limitar decisiones a la hora de vestir, llegó a la conclusión de únicamente tener dos tipos de traje: uno negro y otro azul oscuro, siempre conjuntados de la misma forma. Para situaciones especiales, él no elige el traje, pues ya está elegido según las normas protocolarias.

Las secretarias personales de los ejecutivos de grandes empresas tienen más poder de decisión que muchos altos cargos en la empresa. No sólo están para contestar el teléfono y apuntar citas, sino para librar a su jefe de la toma de muchas pequeñas decisiones. A su vez hacen de memoria externa del jefe. Una vez al día pasan todos los puntos importantes a su jefe.

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¿Cómo podemos limitar correctamente las tomas de decisiones?

Fijémonos en los grandes empresarios. Muchas personas piensan que son hombres de costumbres fijas por ser personas maniáticas, cuando lo cierto es que es más útil ser una persona de costumbres fijas

Suelen desayunar y comer en los mismos sitios. Para ello eligen un lugar donde se sienten cómodos tanto individualmente como con su mujer o con unos clientes. Una decisión menos.

No tienen que pensar qué van a comer o desayunar. Por regla general el desayuno es el mismo. En otras ocasiones, si siguen una dieta, ya saben lo que toca el lunes o el martes, tanto para comer como para desayunar.

No tienen que perder mucho tiempo preparando su agenda personal del día a día. Por regla general, ya tienen cada día del año preparado. Martes y jueves partido de pádel a las 7 de la tarde, miércoles a las 8 masaje, viernes cena con su mujer y sus hijos a las 10 en el restaurante X. Otra cosa es la agenda laboral, de la cual se encarga su secretaria.

Algunos de ellos piensan que si llevas una vida programada tanto a nivel personal como laboral, suele haber menos sorpresas desagradables, además de una mente más despejada y libre de estrés. Igual ocurre para los pequeños recados. Una persona que va a negociar un contrato de 10 millones de euros, lo último que quiere es el día de antes tener la mente ocupada en pasar a limpio unos papeles, comerse un atasco por recoger un traje de la tintorería o tener que perder 2 horas llevando unos papeles a hacienda. Quizás por estos pequeños detalles es por lo que cada vez más el asistente virtual o empresas dedicadas a los pequeños servicios de este tipo a bajo precio están teniendo sus oportunidades de negocio.

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Ya sé que muchos pensaréis que esto es una tontería, así como sé que algunos dirán que vaya asco de vida si lo tenemos todo programado. Ahora bien, echa un vistazo a tu día y día y piensa que la mayoría de los humanos hacemos prácticamente lo mismo cada día, cada fin de semana. Tenemos la sensación de que improvisamos, pero por regla general, poca improvisación existe a pesar de que perdemos mucho tiempo tratando las pequeñas decisiones como si fueran grandes decisiones. Algunas personas piensan que improvisan y tienen un día fijado en el calendario para acostarse con su pareja: «Viernes no porque estoy cansado y domingo tampoco, ya que tengo que estar despejado el lunes, así que mejor el sábado que no tengo que madrugar el domingo.» Toma improvisación 🙂

Como siempre digo, por probar no pierdes nada, así que prueba a limitar esas pequeñas decisiones marcándote unos hábitos y aprendiendo a llevar una vida más ordenada (lo cual no es sinónimo de monótono). Y para los «papás» con niños pequeños, si comenzamos a inculcarle a nuestros hijos un orden y unos hábitos, ya habremos adelantado algo para el futuro, comenzando por los hábitos de estudio.

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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