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Un cocinero de sushi nos da el secreto de la maestría en los negocios.

Imagina que cada día te levantas a las 4 de la madrugada, viajas en metro para abrir tu restaurante y pasas todo el día preparando meticulosamente el mismo plato para tus clientes. Después limpias el local y vuelves a coger el metro para llegar hasta tu casa a dormir. Imagínate ahora que eso mismo lo llevas haciendo desde los 8 años hasta tus actuales 80 años, prácticamente sin descanso durante 6 días a la semana.

Esa es la vida de Jiro Ono, un empresario de un restaurante de sushi. Bueno… en realidad es la vida del considerado mejor preparador de sushi del mundo y dirige el
considerado mejor restaurante de sushi de todo el mundo. Esta historia no sólo ha llamado la atención de Jim Kim, presidente del banco mundial, sino que Jiro Ono ya tiene su propia película-documental, llamada «Dreams of Sushi» (sólo disponible en inglés).

La vida de Jiro comienza con serias dificultades tras abandonarle sus padres cuando tenía sólo 10 años. Para muchas personas, este incansable trabajador que a simple vista sólo vive para trabajar, ha conmovido a una gran parte de los profesionales, no por el trabajo en sí, sino por la forma de hacer el trabajo, ya que básicamente, este empresario tiene el secreto de la maestría, el cual se encuentra en una «disciplina de rutina».

«Somos lo que repetidamente hacemos», dijo Aristóteles. Para ser un profesional en lo que sea necesitas un mínimo de 10.000 horas de práctica, dicen muchos actuales expertos.

En el caso de Jiro, sus movimientos precisos, la limpieza impecable, su sorprendente consistencia y algunos expertos culinarios asegurando que merece la pena viajar a Japón únicamente para sentarse en su restaurante y comer el sushi que prepara Jiro, son claros indicios de que esta persona ha alcanzado la excelencia en su profesión.

Ver también:  Cómo tener ideas de negocios creativas, o cómo crear una nueva profesión innovadora.

Pero no es el dinero en sí lo que motiva a Jiro, ya que este emprendedor siente verdadera pasión en la preparación de sushi. Aún sabiendo que ya es considerado el mejor, Jiro continua buscando nuevas formas de innovar y mejorar sus técnicas, sobre todo continuar sorprendiendo a sus clientes.

Jiro tiene el mejor restaurante porque ha sabido rodearse de los mejores proveedores. Su proveedor de atún es un experto en atún, y de hecho, tiene el mejor atún de Japón. Con su proveedor de arroz, ocurre exactamente lo mismo.

Jiro ha creado un ecosistema en su negocio en el que cada persona que directa o indirectamente colabora con él, sienten verdadera pasión por lo que hacen. Es a través de este ecosistema, así como con las propias habilidades de Jiro, que el sushi deja de ser únicamente sushi para convertirse en una obra de arte, mientras que Jiro deja de ser un cocinero y se convierte en un artista.

Conclusión que Jim Kim ha sacado de la historia de Jiro: «Cuando amamos nuestro trabajo y creemos en lo que hacemos, nunca debemos estar satisfechos. Hay que ser disciplinados y rodearse de los mejores en  tu campo de actuación. Sólo así se alcanza la maestría en una profesión.»

No obstante, cada cual puede sacar la lección que crea conveniente de la historia de este cocinero, el cual no piensa retirarse mientras su salud le permita continuar disfrutando de su trabajo, porque todo sea dicho de paso, todo lo que ha ganado lo ha ahorrado, y ya tiene dinero suficiente como para que no tengan que trabajar ni sus nietos. Así que si está en el negocio cada día, está claro que no es por dinero.

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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