Un nuevo estudio de UBS demuestra nuevamente que los franceses son los trabajadores con menor número de horas trabajadas por año. La media de horas en el resto del mundo se sitúa en 1.902 horas al año, pero en Francia es donde se dedica un menor número de horas en el trabajo de acuerdo a esta comparación global, con 1.582 horas anuales.
Este dato que ya salió a relucir en diferentes estudios, llegó a mostrar equívocamente a los franceses como los más vagos, cuando en realidad, el mensaje real es que los trabajadores franceses son los más productivos. Únicamente debemos ver que en términos de PIB per cápita, 36.500 dólares por persona y trabajando un 16% menos que el ciudadano promedio mundial de otros países desarrollados, si vamos a Francia, podemos observar que su nivel de vida es real. Viven bien, ahorran y tienen una tranquila y pudiente jubilación, además de que la mayoría de sus empresas dedican grandes esfuerzos para conseguir una buena conciliación en la empresa.
Los españoles seguimos sin salir bien parados en tema de horas productivas, ya que no sólo trabajamos más horas que el resto, sino que estamos dentro del ranking de los trabajadores menos productivos. Esto nos llevaría a la siguiente cuestión, y es que «un vago en un coche llega antes al punto B que una persona excesivamente trabajadora caminando».
Por tanto, ¿somos los trabajadores menos productivos o nuestras empresas aún tienen problemas para fomentar la productividad en el trabajo?. El trabajo duro o exceso de horas trabajadas no lo es todo para que nuestras empresas sean más competitivas. Se trata de trabajar menos, pero de forma más inteligente, y en este punto, los franceses parece que tienen mucho que enseñar, y desde luego, los españoles aún tenemos mucho por aprender.
En españa el problema es que contratan por horas,por eso hay trabajadores escaqueandose y otros haciendo el papel de que trabajan,para que echar 8 o mas horas al dia? No se aprecia la eficacia
El trabajo más productivo que he tenido nunca fue en una empresa donde todos los trabajadores estábamos contentos y despreocupados por los sueldos porque eran sueldos decentes. Jamás hubo una conversación sobre dinero, horas extras, pagas, derechos, etc. no hacía falta, así que sólo nos preocupábamos de hacer bien nuestro trabajo.
El ambiente y compañerismo que se generaba era estupendo y al jefe lo veíamos poco, sólo cuando era la hora de salir, que venía a decirnos: "venga, todo el mundo a sus casas y a divertirse, que ya es la hora, no hace falta horas extras, dejen lo que están haciendo y ya lo terminarán mañana".
Saludos.