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La gran lección de vida que nos deja Isabel Carrasco.

Decir que he esperado varios días en hacer este artículo para no aprovechar la polémica oportunista. Para aquellos lectores que no sepan quién es Isabel Carrasco (que a estas alturas es difícil ), únicamente resumir que es una política española que entre otros muchos cargos ha sido la Presidenta de la Diputación Provincial de León, y que recientemente ha sido asesinada a tiros presuntamente por un miembro de su propio partido político.

Lejos de provocar indignación por el trágico suceso, las redes sociales se llenaron de comentarios jocosos sobre la difunta, dando lugar a la policía española incluso a perseguir a los autores de dichos comentarios en las redes sociales por hacer supuestamente apología de la violencia. Una vez hecha la presentación, ¿qué lección de vida nos deja Isabel Carrasco?.

En los últimos años, hemos perdido a muchos personajes. Murió Steve Jobs, el cual será recordado como el mayor visionario de nuestra historia reciente, un gran emprendedor que ha dejado como legado una de las empresas más valiosas del planeta, así como innumerables consejos, lecciones de negocios y citas célebres que pasarán a la historia. Si bien hubo gente que lo quiso con locura, también provocó grandes enfrentamientos con sus rivales, pero fue temido y respetado por sus amigos, trabajadores y competencia. (Leer: Lo que Steve Jobs y Bill Gates pensaban en realidad el uno del otro)

Murió Paul Walker, el cual te puede gustar como actor o te puede no gustar, pero ha dejado un legado de cine de entretenimiento. Los amantes de las películas de carreras siempre dirán que nadie conducía como Paul Walker. Y si le preguntamos a las chicas sobre este rubio de ojos azules…..

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Murió Adolfo Súarez, y votantes de izquierda y derecha se estremecieron ante la noticia de este hombre que luchó por muchos de los derechos que hoy día disfrutamos los españoles.

Más recientemente ha muerto Gabriel García Márquez, dejándonos un conjunto de obras literarias.

Pero entonces murió Isabel Carrasco, y muchos aún estamos buscando qué legado ha dejado esta mujer.

Más que perseguir a las personas que no se entristecen por su muerte (que no estamos en Corea del Norte), sus compañeros de partido y oposición deberían detenerse durante unos minutos para meditar el por qué se ha dado esta situación entre la población.

El descontento, indignación y «asco» del pueblo hacia una clase política que no deja de sorprendernos cada día con nuevos casos de corrupción se ha hecho más que evidente, y nos sigue asombrando que a los cargos públicos les coja por sorpresa.

Lección de vida.

Solemos publicar muchos artículos sobre cómo sentirse una persona de éxito en la vida, y entre esos consejos se encuentra el ser ético, honrado, volar recto, crear algo de valor para el resto y no organizar tu vida en torno al dinero.

Cuando tú no estés, tu descendencia escuchará hablar sobre ti, sobre las cosas que hiciste en vida, sobre lo que creaste y sobre el tipo de persona que fuiste en vida. Lo que la gente dirá sobre ti cuando no estés no podrás evitarlo ni censurarlo, por lo que únicamente nos quedaría llevar una vida acorde a lo que esperamos que digan sobre nosotros cuando no estemos.

Lección para nuestros dirigentes.

Si tratas a las personas como animales, éstas se comportarán tarde o temprano como animales.

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A los pocos días de la indignación política por los comentarios jocosos en redes sociales, España volvió a conmocionarse por un vídeo en el que varios políticos se mofan de unos padres que lloraban en un pleno por la falta de medios y soluciones para sus hijos enfermos de cáncer, lo cual me pareció un gesto mucho más despreciable que la «mofa» sobre la muerte de una mujer que al menos tenía medios económicos y sociales para defenderse, entre otras cosas porque si la falta de medios en una sala de oncología provoca la muerte de un niño enfermo de cáncer, y esa muerte se hubiera podido evitar, sería el equivalente a un asesinato. y eso no tiene perdón.

En resumen: Algo no va bien, y el problema no es lo que dicen las personas sobre los políticos, sino lo que hacen los políticos para que las personas digan eso. Creo que los políticos olvidan que ellos no son los jefes, sino los empleados del pueblo, y que el político está para servir al pueblo, no para robarle.

En mi caso particular no me alegro del asesinato de nadie, pero mis «mucosas lacrimales» están secas de llorar a tanta gente que ha hecho algo productivo en su vida, algo bueno en la vida de otras personas y que miraron más allá del propio enriquecimiento personal.

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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