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El rentable negocio de Paul Singer: el inversor que tiene en jaque a Argentina.

Si ya de por sí la especulación despierta algunos resentimientos entre muchas personas, aunque también alguna que otra simpatía, en el caso del multimillonario gestor de fondos, Paul Singer, únicamente nos muestra el lado más feo y «vomitivo» de la especulación. Claro que para aquellos aspirantes a futuros especuladores, el método de especulación de Singer y su sangre fría no tiene desperdicio.

Es hoy conocido por tener a Argentina al borde del desastre, ¿pero quién es Paul Singer?.

Se dice que es un inversor y filántropo, aunque este segundo título no sabemos exactamente de dónde le viene.

Es el fundador de la Fundación Paul E. Singer y del Elliott Management Corporation, un Hedge Fund que creó únicamente con 1 millón de dólares prestado por amigos y familiares y que hoy día administra más de 23.000 millones.

Paul singerSinger es la cara más visible de los Fondos Buitre, y su especialidad en la inversión es la compra de deuda pública en problemas, la cual después cobra a unos intereses desorbitados, ya que su estrategia de inversión no es obtener la rentabilidad de los bonos que compra, sino demandar al deudor.

Para hacernos una idea del negocio de Paul Singer, en 1996 compró 11 millones en bonos peruanos, sabiendo que Perú no podría pagar, y en 1998, tras demandarles, un tribunal de Estados Unidos condenó a Perú a pagarle 58 millones.

También se conformó con el pago de 127 millones de dólares de la República del Congo para saldar una deuda de 400 millones que Singer había adquirido por tan sólo 10 millones. Aquella operación le hizo merecedor de numerosos artículos de la prensa que le llamaban buitre carroñero.

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Otras fuentes dicen que Singer cobró más de 100 millones del Congo únicamente por los intereses devengados de la deuda.

Ahora es el turno de Argentina.

Con la deuda de Argentina, Singer ha coronado su carrera como especulador, pues ha hecho el negocio del siglo. Compró bonos por 40 millones y ahora cobrará 1.300 millones al contado. Al menos así lo exige el reciente fallo de un tribunal de Estados Unidos.

Si Argentina no paga a este grupo de Hedge Funds 1.300 millones de dólares en bonos el 30 de Julio, el país podría entrar en default, y si entra en default, subiría la tasa de interés de sus bonos, obligando a Argentina a imprimir dinero para pagar a sus acreedores, provocando de esta forma que la economía del país se venga abajo.

Singer no ha querido negociar una quita de la deuda o cobrar algo menos de lo que le corresponde, como han hecho algunos inversores. Lo quiere todo y más, y no le preocupa el futuro de los habitantes argentinos, que a fin de cuentas serán los que pagarán por todo ello.

Por otra parte, si Argentina paga, el país se expone a demandas de 15.000 millones de dólares de otros Hedge Funds que querrían cobrar íntegramente sus bonos. La ONU advierte de los peligros de este fallo por parte del tribunal de EE.UU.

Así es como funciona el negocio de Singer.

Paul Singer sabe exactamente lo que va a ocurrir con el país en que invierte. De hecho, muy poca gente se atrevería a asumir tales riesgos, aunque para Singer no hay riesgos. Sabe que compra deuda en problemas de países al borde del default, pero esos países poseen activos que en caso de impago, tras una demanda a los tribunales podrían acabar en manos de Singer. Es por eso que este multimillonario ya está pidiendo información sobre los activos embargables de Argentina. Entre ellos, está interesado en YPF.

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La estrategia es sencilla para este tipo de inversores.

Compran bonos basura que nadie más aceptaría esperando que el país se recupere. Si el país se recupera, el valor de estos títulos aumentaría considerablemente. Si no se recupera, se recurre a los tribunales, y éstos siempre nos darán más dinero del que invertimos obligando al país en cuestión al pago de la deuda + los intereses + los activos embargables que caigan. No importa en la situación que un país quede después de pagarnos, ya que nosotros no vivimos allí.

En el caso de Argentina, muchos inversores han aceptado cobrar sus bonos con una quita del 70%, pero no es el caso de Singer, el cual va a ejercer su derecho de ir tras el dinero de Argentina esté donde esté, según el acuerdo de la Ley de Inmunidad de Soberanía Extranjera que permite expresamente que países extranjeros puedan ser demandados en Estados Unidos y embargar los activos que el país demandado tenga en cualquier lugar del mundo.

Algo que ya ha ocurrido, y es que mientras la presidenta Cristina de Kirchner se encontraba apelando este asunto en la corte suprema, Singer «pirateó» uno de los barcos argentinos en el puerto de Ghana, presumiendo de ello ante sus inversores.

Como dijimos al comienzo del artículo, este tipo de inversores sí dan mala fama a la especulación, ya que son los ciudadanos argentinos los que pagarán y sufrirán las consecuencias de un sólo hombre que ha encontrado su negocio ideal arrasando las cuentas públicas de los países, unas cuentas públicas que deben reponer los propios ciudadanos, y no los políticos.

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A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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