Si algo debemos tener claro, es que en la vida no nos van a faltar problemas o situaciones que nos dejarán KO por momentos. Tuvimos problemas con 15 años, con 18, con 25…. pero curiosamente, luego miras hacia atrás, y aquellos problemas que parecía que te ahogaban cuando eras un adolescente, no eran tan graves como los problemas a los que hoy día te enfrentas.
Y supongo que cuando tengas 70 años y mires atrás, los problemas de hoy tampoco serán tan graves. Finalmente es la perspectiva y filosofía que tenemos ante las dificultades.
Problemas sentimentales, problemas de trabajo, fracaso en los negocios, problemas puntuales con personas, o quizás todo lo anterior al mismo tiempo.
(Leer también: 5 cosas que debes recordar cuando te sientas atrapado, atascado, vacío y sin sentido)
El paso 0.
Cuando sientas que no puedes más, que estás agotado, triste, deprimido, cabreado y que no encuentras sentido a nada, quítate la ropa y colócate desnudo ante el espejo. Saca tu smartphone y hazte un Selfie. Ahora sube la foto a las redes sociales.
Vale… si no te ves capaz de hacer tal estupidez, la buena noticia es que no estás realmente tan mal, y tu problema tiene solución 🙂
1. Despierta.
A veces parece que vivimos una pesadilla, y lo mejor para salir de la pesadilla es despertar. Si es necesario, date un par de bofetadas y grítate a ti mismo: «Despierta!!!». Es el primer paso para enfrentarse a la realidad y magnitud del problema.
2. Identifica el sentimiento.
Aunque parezca una estupidez, en ocasiones no nos sentimos bien, pero no sabemos exactamente a qué se debe. ¿Realmente estoy cabreado, o por el contrario estoy triste, deprimido, desesperado, cansado, estresado…?, probablemente sea el mejor paso para dar más adelante con la solución.
3. No te consueles con el sufrimiento de los demás.
Hay personas cuya terapia consiste en fijarse en sus vecinos o amigos, para poder así decir: «Bueno, ellos están igual o peor que yo». Realmente a mí me importa un bledo cómo estén los demás. Yo quiero estar bien, y por tanto, éso no me sirve de consuelo.
4. No reprimas las emociones.
No se trata de que vayas calentándole la cabeza a todo el mundo, pero intenta hablar de ello con una persona de confianza. Llora con ella si hace falta. A veces, llorar hace que las emociones negativas salgan cuando se trata de tristeza. Pero no esperes que esa persona pueda ayudarte más allá de darte un abrazo.
Si por el contrario es cabreo, tampoco lo reprimas; machaca un saco de boxeo o haz ejercicio hasta que se libere parte de ese enfado.
5. No bebas.
Poco más que decir: si bebes para hacer frente a las penas, acabas siendo un penoso borracho, y los problemas no desaparecen; aumentan.
6. ¿De quién es la culpa?
Vamos a partir de la premisa de que todo lo que ocurre a nuestro alrededor, en cierto modo es culpa nuestra, pero aún así, debemos identificar a la persona, grupo de personas o situación en cuestión que nos está provocando tales sentimientos.
Cuando todo parece que está hecho una mierda, realmente, por regla general todo deriva de un único problema que acaba contagiando todo lo demás. Hay que identificar claramente dónde está el problema. Y no alargues demasiado la búsqueda del epicentro del problema, pues podría derivar en una depresión profunda.
7. Evita medicación.
He conocido personas mentalmente fuertes que se metieron en problemas. Aquellos que recurrieron inmediatamente a la medicación, no acabaron demasiado bien. Aquellos que le echaron cojones a la situación, acabaron saliendo más fortalecidos (y pido disculpas por la expresión).
En estos momentos existe un gran debate sobre la medicación para la depresión, y es que se duda que tenga efectividad una medicación cuyos efectos secundarios conllevan el deseo de suicidio.
8. Recuerda que otros han pasado por eso mismo.
No importa lo que sea que te está sucediendo. Es 100% seguro que otros han pasado por eso mismo y consiguieron salir. Y salieron porque porque lo miraron desde una perspectiva diferente.
9. Comprende que el dolor no dura eternamente.
No importa lo fuerte que sea tu sentimiento de ahogo, siempre y cuando tengas claro que es seguro que ese sentimiento, con el tiempo va a mejorar. A no ser que tu problema sea que te estás muriendo, en cuyo caso, también es seguro que en algún momento vas a dejar de sufrir.
10. Finge estar bien.
Si antes decíamos que compartas tu angustia con una persona, con el resto finge estar bien. Es más, es más efectivo de lo que piensas. Si aparentas que estás bien, si aparentas que te diviertes, llega un momento en que tú mismo te confundes y comienzas a estar bien y divertirte.
11. Haz algo por alguien.
Es cierto que una de las mayores satisfacciones que encontrarás y que más felicidad te proporcionará es el prestar ayuda a alguien menos afortunado que tú. Ayudar a otra persona a ser más feliz, te ayuda en tu propia felicidad. Científicamente está demostrado que tanto la tristeza como la negatividad, así como la felicidad, es contagiosa.
12. Extrae las lecciones.
De todo problema podemos sacar una lección, y no estoy hablando de psicología barata. Pregúntate que experiencia puedes sacar de éso que te está ocurriendo, qué te puede enseñar, y sobre todo, cómo puedes usarlo para salir más fortalecido y sabio.
Desde Chile te agradezco tus palabras en estos momentos de oscuridad….
Carlos, no puedo comprar nada ahora mismo, pero quería dedicarte, con los pocos datos que me quedan, un abrazo inmenso, eres genial, eres un ser maravilloso, gracias por tu publicación.
Estoy ahora mismo en esa fase de no se qué hacer…., Perdona, no sé cómo explicarlo, no tengo a nadie con quién llorar.
Gracias.