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Cómo aplicar el Hoponopono a los negocios, tu vida y carrera profesional.

Para aquellos que no lo conozcan, el Hoponopono es un arte o técnica hawaiana para la resolución de problemas y conflictos internos. La filosofía del Ho´oponopono se traduce a unas pocas palabras: «Lo siento, te amo. Perdóname. Gracias». Es decir: agradece, siente, perdona y ama.

Tony Robbins hace uso de esta filosofía en su famoso seminario llamado «Cita con el destino», donde algunos aseguran que la adopción de esta filosofía y su ejecución de forma consistente en sus vidas, evitaron que algunas personas se quitaran la vida en ciertos momentos donde ya no veían ningún sentido a la vida.

Y aparentemente, algunas de estas personas eran lo que desde fuera parecen personas de éxito, como es el caso de Robin Williams, una persona que tuvo éxito económico y en su carrera como actor.

Pero Williams tenía demasiados conflictos internos sin resolver, los cuales, probablemente le sumieran en una depresión, y de ahí a la pérdida total y absoluta del sentido de la vida, hasta que decidió poner fin y acabó suicidándose.

(Ver: Cómo revertir la depresión y aumentar los niveles de felicidad, desde la neurociencia)

¿En qué consiste el Hoponopono?

 

Aunque suene demasiado espiritual, es cierto que el amor y la gratitud (estar agradecidos por lo que tenemos, amar lo que tenemos) puede cambiar literalmente tu vida, o más bien, la forma de ver la vida y acabar con muchos de nuestros sufrimientos.

Conflictos o disputas familiares

Cuando existen conflictos y/o disputas familiares, la técnica del Hoponopono consiste en que todos los miembros de la familia se reúnan, se sienten, y comiencen un proceso de discusión, confesión, arrepentimiento, restitución y perdón mutuo. Nadie saldrá de esa habitación hasta que el conflicto no se haya resuelto. Y parece ser que esta técnica da sus frutos.

Entonces pensé: «¿Si el Hoponopono hace milagros en la vida de las personas que tienen demasiadas cargas emocionales negativas, no podría funcionar también para nuestros amigos los emprendedores y empresarios que suelen estar en la situación ideal para cargar con estas mismas emociones negativas por duplicado?»

No olvidemos que a menudo, el precio secreto que paga un emprendedor, en ocasiones es la depresión y el suicidio.

Los empresarios, al igual que el resto de personas se enfrentan a la pérdida y la frustración por duplicado, es decir, sufren la pérdida en sus relaciones personales y pérdida o muerte de familiares y, al mismo tiempo, sufren pérdida de clientes y miedo constante a la muerte de su negocio.

Ver también:  Querido amigo: toma 11 razones por las que no voy a prestarte dinero.

Miedo constante

Una pérdida importante para un empresario puede ser la pérdida de un cliente de gran facturación que decide abandonarte para irse con la competencia. En teoría, todos sabemos que en los negocios algunas veces se gana y otras se pierde, pero en la práctica, la pérdida nos puede hacer sentir verdaderamente mal, pues aunque hablemos del terreno profesional, el perder a un cliente, nos va a afectar en nuestra vida personal, que ya de por sí, estamos enfrentados a las mismas cargas emocionales que cualquier otra persona.

El empresario continuamente se enfrenta a sentimientos de rechazo y fracaso (la negociación ha salido mal, un cliente no quiere trabajar con nuestra empresa, mi mejor trabajador se marcha a la competencia…), y entonces llega la típica pregunta: ¿Por qué me está pasando esto a mí?

El empresario, ante un cúmulo de situaciones de este tipo, comienza a dormir menos, comer peor, y sus sentimientos negativos, aunque provengan del cerebro, acabarán cobrándole una factura a su cuerpo.

Aunque suene demasiado frío, muchas personas están preparadas para la muerte de sus padres, pero pocos empresarios están preparados para la muerte de su empresa. Están preparados para que su pareja les deje, pero no están preparados para que les deje un cliente que le daba el 50% de la facturación.

Y no es que sean personas más materialistas, sino que una empresa puede llegar a cobrar el mismo significado que un hijo, ya que es una creación propia, y por lo tanto, en el cerebro de algunos empresarios, el daño a su negocio tiene la misma connotación emocional negativa que el daño a un familiar.

Llegado alguno de estos eventos, podríamos entrar en uno de esos círculos viciosos de culpa y frustración del que se debe salir cuanto antes, pues lo que ocurra en el negocio afectará a tu vida personal, y los problemas de tu vida personal te impedirán tomar buenas decisiones en el negocio. Cuando quieras acordar, te verás pronunciando las palabras: «Esta vida es una mierda».

Entonces recuerda lo que dice Tony Robbins en su libro «Controle su destino«: El dolor es inevitable, pero el sufrimiento no lo es.

Usando el Hoponopono en los negocios.

 

Todo suceso o evento negativo debemos convertirlo en una forma de crecimiento personal.

Y desde luego, que un evento o un cúmulo de eventos negativos, no defina nuestro estado de ánimo ni nuestra prosperidad, tanto en nuestra carrera, en nuestra vida o en los negocios.

Ver también:  La Denegación de un Crédito o Préstamo no es el Fin de tu Negocio. Cómo Financiar tu Negocio

No eres mejor o peor persona si tu pareja te deja o se queda, y por lo tanto, no eres mejor empresario si un cliente se queda o se marcha, aunque sí que debemos usar dicho evento para mejorar y evitar que vuelva a ocurrir en el futuro.

¿Significa que si un empleado me roba dinero debo agradecerlo, perdonarlo y amarlo? Evidentemente no. Y aquí es donde hay que hacer algunas variables.

Si un empleado te roba, vamos a usar el Hopono-Carlos, que básicamente, sería cambiar ese «Lo siento, te amo. Perdóname. Gracias», por un «A la puta calle, gracias, y espero que te vaya bien». Pero vamos a usar ese evento para evitar que ocurra nuevamente en el futuro, mejorar el sistema de contratación y el control.

No hay nada mejor que la prevención, por lo que en los negocios, tu empresa debe estar constantemente creciendo. Si tu empresa no está creciendo cada año, cada año está muriendo un poco más. Vendrán clientes y se marcharán clientes.

Debemos agradecer la entrada de clientes y aprender sobre por qué se marchan los clientes para que no ocurra. Pero nuestro trabajo como empresarios es la captación de nuevos clientes cada día para, de esta forma, no echarnos las manos a la cabeza cada vez que se nos va un gran cliente.

En última instancia, el Hoponopono dice que no te enfoques en la pérdida o en el evento negativo, sino en lo que puedes aprender de ese evento negativo y en la solución al evento en cuestión.

Por lo tanto, debemos centrarnos en algunas preguntas:

  • ¿Cuál ha sido mi parte de culpa en esta situación o problema?
  • ¿Qué conducta podría cambiar para que esto no vuelva a suceder?
  • ¿Cómo puedo actuar para resolver esta situación?

En definitiva, ¿en qué podría mejorar? Y está claro que no siempre va a ser nuestra culpa, o al menos, no en su totalidad.

La frustración no tiene sentido, salvo que la veamos como una oportunidad para aprender y crecer. De esta forma, los eventos negativos nos duelen, pero los usaremos como aprendizaje, y no como sufrimiento.

Con respecto a las disputas entre departamentos o compañeros en la empresa, sin duda, es una buena práctica el reunir a las partes implicadas, que cada uno dé su versión, ofrezca sus soluciones, pida perdón por la actuación que hubiera podido causar el problema y se produzca una reconciliación que si bien no vamos a basar en el amor, al menos lo basaremos en el respeto.

Ver también:  Ser un gilipollas puede ser sinónimo de éxito, pero no subestimes el poder de ser amable.

Y con respecto a los problemas de antaño, esos traumas que podemos traer de atrás… debemos hacer las paces con nosotros mismos. Los problemas del pasado no los podemos cambiar, pero sí que podemos cerrar ese libro y comenzar a escribir un nuevo libro de nuestra vida desde hoy mismo. Y no con los traumas adquiridos, sino con las experiencias vividas y aprendidas de aquellos eventos más negativos de nuestra vida.

Y finalmente, no deja de ser una técnica de enfoque, donde algunas personas se empeñan en enfocarse en lo negativo de las situaciones (en lo que termina o se va) mientras otras toman su enfoque en lo positivo (en lo que viene después de lo que se va, y en lo que encontramos después de lo que perdemos).

Acabo con un ejemplo algo absurdo.

Cuando comencé con este blog (espacio, portal o como queráis llamarlo) me prometí a mí mismo ser sincero y dar siempre mi punto de vista tal y como lo pienso, y no necesariamente siendo políticamente correcto.

En ocasiones, tras alguna polémica publicación, han llegado toda una serie de comentarios negativos, o personas que han dicho de castigarnos con un «dislike». Las publicaciones polémicas tienen una cosa, y es que pueden salir seguidores, pero también entran nuevos seguidores.

Puedes enfocarte en esas 5 ó 10 personas que se van, o en esas nuevas 30 personas que entran gracias a esa polémica publicación. En cualquier caso, la línea de seguidores de largo plazo es ascendente, por lo que no merece la pena gastar energía sintiendo la pérdida de una huida eventual de seguidores. Más bien, me centro en el mensaje de que no podemos contentar a todo el mundo, pues la receta del fracaso es intentar agradar a todos.

Claro que…¿Podría hacer algo para que algunos lectores no se sintieran ofendidos? Claro que sí. Dejar de ser yo mismo. Entonces llego a la conclusión de que no compensa.

En mi caso, olvido lo que se va, agradezco lo que viene, y desde luego, hay mucho que agradecer en esas personas que ya están con nosotros desde hace más de 7 años, pues esas personas son las que me hacen mejorar cada día e intentar esforzarme aún más.

Así que para esas personas, por supuesto, Os quiero, perdonadme a veces, y gracias por estar ahí.

Ver: 12 cosas que necesitas recordar al despertar cada mañana

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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