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8 Errores que cometemos en las relaciones desde el punto de vista de la neurociencia.

En estos momentos, las personas que inicien una relación, deben estar concienciados de que es probable que la relación no dure demasiado. Las altas tasas de divorcios hablan por sí solas, y en el futuro, todo indica que las cifras irán a peor, pues es una tendencia claramente alcista. Pero hay algo de lo que probablemente no nos podamos librar: el sufrimiento de ver cómo una relación que comenzamos con ilusión, acaba.

El por qué ocurre ésto es lo de menos, y finalmente sólo nos queda centrarnos en ciertos errores muy comunes que solemos cometer en las relaciones, desde el punto de vista de la psicología y la neurociencia, donde vamos a hacer uso de las investigaciones de tres psicólogos y autores especializados en las relaciones.

(Ver: 5 rituales para revertir la depresión y aumentar los niveles de felicidad desde la neurociencia)

1. No se acaba la magia. A menudo, se descubre el truco.

Cuando conocemos a una persona, nuestro cerebro experimenta todo un torrente de endorfinas y dopamina a unos niveles sorprendentes. Eso hace que en ese momento no veamos a la persona tal y como es, sino como queremos pensar que es.

Ese es el motivo por el que acaban sacándonos de quicio algunas cosas que antes nos encantaba de esa persona. Lo que antes llamábamos particularidades especiales de esa persona, ahora lo llamamos manías y defectos. Pensamos que esa persona ha cambiado, pero lo único que ha cambiado es nuestra nueva percepción sobre un comportamiento que antes nos encantó.

Claro que también es cierto que otras personas son artistas del engaño a la hora de esconder grandes defectos con el fin de gustar a la otra persona. Pero constantemente, las personas nos dicen cómo son si estamos atentas. Hay que aprender a leer a las personas, y en ocasiones, la mejor lectura de una persona, no se encuentra en interpretar lo que te está diciendo, sino en escuchar todo aquello que no te está diciendo.

2. Tu pareja no te elige a ti. En último término, tú eliges a tu pareja.

Si le preguntamos a una chica qué tipo de hombre busca, supongo que nos diría algo así como: «que sea romántico, divertido, que me haga reír, que me quiera mucho, que tenga detalles, y que sea fiel».

Muchas mujeres estarán de acuerdo en que es muy difícil encontrar a un hombre así. Pero curiosamente, así son la mayoría de los hombres. Lo que ocurre es que no siempre una persona busca lo que dice estar buscando. Y a veces, ni ella misma lo sabe.

Una mujer puede llegar a sentirse atraída por un hombre que es celoso, e incluso puede sentirse atraída por el hecho de que ese hombre llegue a las manos con otro por haber mirado a su pareja. Si dentro de un tiempo, ese hombre golpea a esa mujer, no debería cogerle por sorpresa a esa mujer.

A menudo, la violencia machista tiene un factor común: la ejerce un hombre violento. Por lo tanto, si te atrae una persona violenta, probablemente sea cuestión de tiempo que esa violencia sea descargada hacia ti.

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Si conoces a una persona que sin ser modelo profesional, diariamente cuelga selfies enseñando sus abdominales frente al espejo (en el caso de él) o ligerita de ropa en el cuarto de baño mostrando pechos y glúteos (en el caso de ella), no esperéis altas dosis de intelecto en esa persona, ni esperéis que esa persona sea muy segura de sí misma (con todo lo que eso traerá después).

Recuerda que, normalmente, encuentras exactamente a aquella persona que estabas buscando.

Dicho de otra forma, si te gustan los hombres con una nariz postiza de color rojo y que trabaje en un circo, no deberías sorprenderte de que acabes con un payaso.

3. Malas elecciones.

A menudo, la relación está rota desde el principio al haber elegido incorrectamente desde el inicio. No puede llegar a buen puerto un barco que partió en malas condiciones.

El psicólogo Walter Riso, autor de «Manual para no morir de amor: Diez principios de supervivencia afectiva«, explica cuáles son los 3 pilares básicos de una relación. Si en la relación se carece de alguno de estos pilares, la relación está condenada al fracaso, y nosotros al sufrimiento.

Para riso, en toda relación deben existir el Eros, la Philia y la Agape:
  • El Eros es la sexualidad, y el sexo en pareja es un pilar básico.
  • La Philia es la amistad, y es que si una pareja no son amigos, la relación está incompleta.
  • La Agape es la preocupación del uno por el otro y las ganas de hacer sentir bien a la otra persona, es decir, centrarse en la felicidad de la otra persona más allá de nuestra propia felicidad. 
Dicho de otra forma, tu pareja debe ser tu amante, tu amada y tu amiga. No se concibe una relación fructífera a largo plazo si falta uno de estos soportes.
4. Los polos opuestos se atraen, pero sólo para pasar un rato juntos.
Se suele decir que los polos opuestos se atraen, pero en este caso sólo habla el Eros (la sexualidad). Y es que para acostarte con una persona sólo necesitas que esa persona te atraiga.
El psicólogo John Gottman, autor de «Qué hace que el amor perdure«, lo tiene claro en este sentido: «Las parejas que son muy parecidas entre sí, duran más que aquellas que no comparten similitudes». Pero Gottman se refiere a similitudes en los valores fundamentales, así como en el tipo de creencias.
Y es que un ladrón casado con una policía es una pareja feliz que únicamente funciona en las películas de Hollywood. Por otra parte, diferencias extremas en la cultura de ambos, en las creencias religiosas e incluso en el color político, pueden provocar grandes conflictos en la pareja.
Por lo tanto, los polos opuestos pueden entenderse muy bien en la cama, pero rara vez acabarán bien como pareja, pues según las diferencias de las que estemos hablando, esa atracción podría ser tan peligrosa como un choque de trenes.

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5. El amor no puede con todo ni mueve montañas. 
A menudo, la montaña acaba aplastándote. Algunas veces, la situación de ambas personas es muy complicada, y algunas personas deciden creer que el amor podrá con la situación, pero en un alto porcentaje de los casos, descubrirán que el amor no puede con todo.
Aaron T. Beck  habla de ello en «Con el amor no basta«. De hecho, el amor no es suficiente cuando la situación no es la adecuada o hay una enorme diferencia en la cultura y creencias.
Y es que la romántica historia de Romeo y Julieta, en realidad, no se creó para hablar de lo bello del amor, sino para hablar de las cosas tan estúpidas que dos personas pueden hacer cuando se enamoran de la persona adecuada en las circunstancias inadecuadas. Y es que, como se suele decir a modo de chiste, «un romance de 3 días con los protagonistas haciendo suicidio colectivo, no es muy romántico que digamos».
6. El síndrome del borracho en la pareja.
A menudo, pasado el tiempo, la pareja podría comenzar a centrarse únicamente en lo negativo de las situaciones o las actuaciones de su pareja.
En el libro «Con el amor no basta«, Aaron T. Beck explica cómo las parejas interpretan de forma negativa ciertos comportamientos de su cónyuge, dando lugar a un círculo destructivo.
Podría haber millones de razones por las que una persona puede hacer lo que hace, y no, no sabemos la respuesta. Pero creemos que la sabemos, y casi nunca es una interpretación positiva ante un comportamiento que no nos sienta demasiado bien.
Se le llama el síndrome del borracho, debido a que un estudio halló que los borrachos suelen meterse en más peleas, gracias a que el alcohol aumenta la creencia de que otros han hecho algo  con la intención de joderte.
Es decir, un borracho ve a dos personas riendo al otro lado del bar, y cree que te estás riendo de él, así como si alguien tropieza con él, el borracho puede pensar que no ha sido un accidente, sino algo intencionado y una falta de respeto.
Y este síndrome se suele dar en muchas relaciones, donde nos comportamos como esos borrachos, suponiendo que algunos errores o fallos inofensivos de tu pareja son señales de que esa persona actúa así porque no te ama.
Cuando las personas piensan negativamente y asumen siempre lo peor, pueden entrar en algo similar a la depresión clínica, pero en pareja. Es decir, la relación puede entrar en un tipo de depresión donde cualquier cosa de nuestro cónyuge, la miraremos desde un estado similar al de un trastorno psicológico.
Según Gottman, la relación durará el mismo tiempo que tarde la pareja en pasar de enfocarse en lo positivo a enfocarse en todo lo negativo de la relación. Y no quiere decir que la relación acabe ahí, pues existe lo que él llama una pareja zombie, que sería un romance muerto entre dos personas que aún se soportan o, debido también a que la Philia hace que no se atrevan a dar el paso de dejar la relación.

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7. A veces, las cosas sólo significan lo que significan.

A menudo, en las parejas tendemos a interpretar ciertos hechos que no necesitan interpretación. Por ejemplo, el hecho de que tu pareja llegue tarde, por regla general, únicamente significa que ha llegado tarde, y no que «ha llegado tarde porque no me quiere y le importa una mierda lo que yo quiero».

Y más si la puntualidad nunca ha sido una de sus virtudes, lo cual ya deberías saber.

A veces no cambia el comportamiento de la persona, sino la situación de la persona que la obliga a cambiar el comportamiento, como haber cambiado de trabajo, debiendo trabajar más horas, tener más cansancio mental acumulado, o cientos de factores. En otras ocasiones, sencillamente podría estar agotado, y no por ello significa que esa persona ya no sienta lo mismo por ti.

8. Comunicación.

En último lugar, y no por ello menos importante, la falta de comunicación quizás sea el mayor aniquilador de relaciones que existe. Del mismo modo, una comunicación temprana y sin miedo, podría evitar que dos personas comiencen una relación que nunca deberían comenzar.

Escuchar y escuchar a la otra persona… escuchar sus inquietudes y sus necesidades, no sólo es útil para las ventas. Es esencial en una relación, pues en ocasiones, una persona podría tener unas expectativas que rara vez vamos a ser capaces de cumplir.

Por ejemplo, imagina que tu pareja quiere tener 5 hijos (y no es negociable) y a ti no te gustan los niños (estarías dispuesto a tener uno). Y no menos importante, es necesario tener ciertas conversaciones acerca de las prioridades de esa persona. (Ver: 5 conversaciones sobre el dinero que debes tener con tu pareja antes de casarte)

pero sobre todo, se trata de comunicarse para entender las necesidades de tu pareja y que ella entienda las tuyas. Sólo de esa forma podemos saber si cumplirá/cumpliremos con sus/nuestras expectativas.

Y recuerda: Las personas no cambian. Uno de los errores más graves que una pareja puede cometer es pensar que una persona que no ha cambiado ciertas cosas molestas en los 5 años de relación, cambiará una vez que se case. Y más si se trata de valores.

Y eso es todo. Si alguien desea hacer algún aporte, siéntase libre de hacerlo.

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A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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