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Cómo estás perjudicando el futuro económico de tus hijos sin saberlo. Por Alberto Mera.

Mis padres compartían un sueño en el que los hijos éramos protagonistas. Su sueño era que mis hermanos y yo viviríamos mejor que ellos. ¿Cómo se mide lo de “mejor”? Ese es el comienzo del problema.

 Medir el éxito es difícil. La mayoría de las veces, para evitar dedicarle demasiado tiempo al asunto, se acepta que el dinero es la medida del éxito. En este caso, cuando deseas que tus hijos tengan más éxito que tú, lo que en realidad quieres es que ganen más dinero, vivan en un mejor barrio y tengan más cosas de las que tú pudiste permitirte. Es normal querer lo mejor para tus hijos, lo peligroso es asociarlo con el dinero.

Alberto Mera.

Una desventaja manifiesta

Da igual que los padres hayan estudiado una carrera o no, todos entienden que lograr un grado superior será una ventaja para sus hijos en su carrera hacia el bienestar (sobre todo económico). Pero, ¿es ese el caso?

El modo infalible para generar riqueza es capitalizar intereses.

 Si tienes 2.000€ para invertir con 20 años e inviertes 100€ más cada mes hasta que cumplas 65, sacándole sólo un 2% al año te retirarías con 92.000€ en el banco. La forma difícil de mejorar ese retorno es generar más dinero que invertir. La fácil es empezar antes.

Sin embargo, estudiar una carrera suele retrasar la generación de ingresos (y, por tanto, el ahorro) unos 5 años. Y eso sin contar los casos (como el mío) en los que se pide prestado dinero para pagar los estudios. En este supuesto el ahorro se puede demorar hasta bien entrados los 30 años.

¿Pero una carrera siempre es mejor apuesta que empezar a trabajar sin más, verdad?

  • Supuesto uno: Estudiar una buena carrera permite a tus hijos acceder a un buen trabajo. Esto dará lugar a unos padres orgullosos y a unos hijos que ganen bien. Ahora, ganar bien y generar riqueza no tienen por qué ir juntos necesariamente. De hecho, suele darse lo contrario. Buenos ingresos permiten una mejor casa, con vecinos adinerados y ocio consecuentemente más caro. El coche debe ser mejor, así como la ropa y los gustos, todo lo cual lleva inexorablemente a que sea difícil ahorrar e invertir.
  • Supuesto dos: Estudiar una buena carrera no les permite acceder a un buen trabajo. En este caso, en la medida en que los padres puedan, les ayudarán a pagar una buena casa, en un buen barrio, etc. Todo con la idea de que los hijos vivan mejor que ellos. La situación se repite, con el agravante de que esa ayuda que se les da, supuestamente para que vayan cogiendo carrerilla, no suele conseguir ese objetivo y hace que dichas ayudas tengan que repetirse creando hijos dependientes económicamente.
Ver también:  Top 16 mejores frases sobre negociación y ventas.

¿Cómo evitar esta situación?

La respuesta no es montar una startup.

Si bien es cierto que el mayor porcentaje de millonarios son dueños de su propio negocio, no es menos cierto que la gran mayoría de negocios no consiguen generar lo suficiente para permitir el ahorro (o siquiera un sueldo digno). ¿Entonces qué?

Habrá que aceptar la carrera como un mal menor.

Algo que hay que hacer aunque muchos de los mejores no pasaran por ello y, no haciéndolo, aprovecharán para invertir en otras habilidades que sí que hacen a la persona más valorada.

Hecho esto, sólo queda educar a los hijos sobre la realidad del dinero (lo que no aprenderán en clase). Los puntos que toco a continuación están refrendados por incontables entrevistas y sus resultados se explican ampliamente en el libro: El millonario de la puerta de al lado.

  1. Si eres de clase media-alta o alta, no muestres a tus hijos que tienes dinero. No digo que no les hables de dinero. Simplemente, evita a toda costa que nazca una idea en su cabeza: que tu dinero (el de los padres) es su dinero.
  2. Enseña las virtudes de un vida disciplinada y frugal. No permitas que asocien cosas más caras con una vida más feliz. Que compitan por ser mejores, no por ganar más dinero.
  3. Si el punto 1 crees que no ha quedado muy claro en su mente, haz como Warren Buffett y explícales con la mejor sonrisa que no crees en la transmisión del dinero de generación en generación. Vamos, que no verán un euro cuando llegue el momento (entendería que no siguieras esto a pies juntillas, pero puedes usarlo como mentira piadosa).
  4. No uses el dinero en las negociaciones con tus hijos. Si llevas a uno de vacaciones y para compensar al otro le das dinero, a la primera oportunidad intentarán sacar más dinero argumentando que ya le diste dinero a uno de ellos. No metas el dinero en las negociaciones, o da el mismo dinero a todos.
  5. Edúcales en lograr objetivos (procura que el objetivo no sea “ganar un millón de euros antes de los 30”, a mí me hizo un flaco favor). Esto lo puedes conseguir planteándoles problemas interesantes.
  6. Finalmente, déjales claro cada día que hay cosas más importantes que el dinero. Y tienes que hacerlo cada día para competir con todos los medios que les dicen lo contrario a todas horas. Al menos cuentas con la ventaja de ser una fuente de confianza.
Ver también:  Cómo funciona la operativa a crédito intradía en bolsa.

Conclusión

Cada generación debería superar a la anterior, pero reducir esto a conseguir más dinero o a vivir en una casa más grande no es inteligente ni bueno para las siguientes generaciones. Cualquiera puede leer este artículo, coincidir conmigo y luego hacer justo lo opuesto.

Es por eso que he querido mostrarte las consecuencias de decisiones que en la superficie parecen acertadas e inocentes.

Es como cuando te vas de vacaciones pensando en gastar X y acaba siendo X+Y. O cuando te suben el sueldo y esperas ahorrar más para a los pocos meses descubrir que ahora estás gastando más y ahorrando lo mismo. Educarse a uno mismo y a los hijos en finanzas es algo que se hace cada día, es difícil, pero los resultados son de lo más tangible que puedes encontrar: euros en el bolsillo.

Sobre Alberto Mera:


No tengo muy claro a qué me dedico. Improviso una ocupación cada día y toco bastantes temas en mi Blog dirigido a conseguir que una persona (¿tú?) saque más partido a su vida. Si se puede mejorar, ya lo he probado y contado, o estoy en ello. También publico un Videoblog diario para todo lo que no me da tiempo escribir. 


 He montado 7 startups en los últimos 4 años, pero ahora mismo estoy fuera del mercado. Antes trabajé en Bolsa, así que creo que volveré a los negocios por el lado de los inversores (si no tengo el dinero, será cuestión de buscar a quien lo tenga).

Supongo que en algún momento tendré que dedicarme a eso, a ganar dinero, pero por ahora, sólo intento aportar valor.

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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