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Técnicas para leer a la gente y su lenguaje corporal.

Desde muy joven tuve la habilidad de poder «leer» a las personas y su lenguaje corporal, y pensé que era un talento innato o una especie de intuición, hasta que cayó en mis manos el libro «Inteligencia intuitiva«, de Malcolm Gladwell, en el cual explica que la intuición no es otra cosa que la experiencia adquirida, es decir, las personas que se dejan llevar por su intuición, tendrán mejores o peores resultados en función de su experiencia.

Posteriormente me dediqué a estudiar más a fondo el tema de la psicología de las personas, el lenguaje corporal, las expresiones faciales, etc… algo que sin duda tiene su utilidad en el mundo de las ventas y las negociaciones, y por ende, incluso a la hora de conocer a alguien en tu ámbito más personal.

Con el tiempo también he visto algunos autores y libros que hablan sobre las lecturas de las personas a través de ciertas señales que emiten, pero desde un punto de vista que hoy puedo decir que es erróneo.

Si bien hay patrones universales para todo el mundo, algunos autores han olvidado que existen los patrones de comportamiento, lo cual dificulta leer el lenguaje corporal de una persona que no conocemos de nada.

Un ejemplo que siempre pongo es la creencia (falsa creencia) de que cuando estás en una cita con una chica y ésta se está acariciando el pelo, es porque le gustas. Esta creencia es errónea, pues a menudo ese gesto, más que atracción, significa aburrimiento o falta de atención. También podría no significar nada, salvo una costumbre de esa chica de tocarse el pelo como otras personas tienen por costumbre morderse las uñas (y no necesariamente están nerviosos). Es decir, podemos malinterpretar una señal aislada si no conocemos realmente a esa persona.

Ver: Errores en el lenguaje corporal que te pueden costar el trabajo

Dicho de otra forma, intentar leer una única señal en una persona podría no servir de nada. Hay que buscar un conjunto de señales o una secuencia de señales. Si usamos el ejemplo anterior, y además de acariciarse el pelo, la chica está sonriendo, mirándote con atención plena, una leve inclinación de la cabeza, y su cuerpo mostrando una postura abierta, incluso con inclinación hacia ti, sí que estaríamos hablando de un posible interés hacia ti.

Sin olvidar que en ocasiones no sabes por qué detectas tristeza en los ojos de una persona que tiene un carácter afable y alegre, ni sabes por qué una persona te da malas vibraciones a primera vista aun sin mostrar ninguna señal, y raras veces te equivocas.

¿Cómo leer el lenguaje corporal en las personas? Algunas técnicas.

(Ver también: 10 factores psicológicos de las personas de los que podemos sacar provecho)

Y podemos rizar aún más el rizo si obviamos los patrones de comportamiento de una persona.

Supongamos que una chica está flirteando contigo. Aparentemente tenemos una señal «blanca y en botella». Ahora bien, ¿Qué ocurre si esa chica flirtea con todo el mundo de la misma forma? Estaríamos hablando de una chica muy sociable y extrovertida. Lo que eran un conjunto de señales muy claras de que gustabas a una chica, ahora pasa a ser todo lo contrario, en el momento que has comenzado a ver a la persona y no lo que únicamente querías ver.

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Si quieres analizar el interés de esa persona hacia ti, deberás buscar un patrón de comportamiento aislado que únicamente se dé contigo y no con todo el mundo.

Más allá de las señales de lenguaje corporal universales (que son muy pocas), la única forma de leer correctamente a las personas es hacer un notable esfuerzo de observación de esa persona en todos sus estados.

Cada persona es un mundo, incluso en su lenguaje corporal.

Me voy a poner a mí mismo como ejemplo. Hace relativamente poco, una analista del comportamiento observó un patrón de comportamiento que yo hacía de forma inconsciente. Tus gestos inconscientes son excelentes «chivatos» de tu consciente para aquellas personas que quieren leerte.

Tenemos la imagen «1» y la imagen «2», las cuales, si las comparamos entre ellas podrían no decir mucho de mi estado de ánimo en ese momento o de mi nivel de «agrado» hacia cada una de esas personas. Pero cuando esta analista observó no sólo estas dos fotografías, sino más de veinte, encontró algo que para la mayoría de la gente pasaría desapercibido (pues ha estado pasando desapercibido incluso para mí).

La mano.

Resulta que en este tipo de «poses», cuando mi mano derecha abraza una cintura, habla por sí sola. En la imagen 1 muestra que quiero quedarme y quiero que esa persona se quede. En la imagen 2, quería irme, y por ello, no todos mis dedos están pegados a la cintura.

Tras hacer un repaso a numerosas fotografías de este tipo, he podido comprobar cómo este patrón lo sigo en más del 90% de los casos.

Todo sea dicho de paso, una vez que ya lo he dicho, a partir de ahora me aseguraré de que todos los dedos de mi mano estén bien pegados para que no haya problemas.

Detectar una sonrisa falsa.

Normalmente se dice que para detectar una sonrisa falsa, observemos las arrugas de la frente y los ojos. Si no hay arrugas, la sonrisa es falsa. Ahora bien, lo más eficaz para detectar una sonrisa falsa es ver primero una sonrisa verdadera. Ahí es cuando podemos medir el nivel de arrugas, pues hay personas que apenas generan arrugas cuando ríen.

Señal universal: el rostro se vuelve pálido.

Esta señal muestra miedo o peligro, y es incontrolable, pues uno de nuestros mecanismos de defensa genéticos es que cuando somos conscientes de un peligro, nuestro propio cuerpo envía la sangre a las piernas para que puedas salir corriendo. Por eso un susto te deja pálido.

Si en ese momento pudiéramos medir la temperatura de las manos, notaríamos cómo cuando una persona tiene miedo, sus manos se vuelven más frías. Es por eso también que cuando dos personas están a punto de pelearse, sus rostros se vuelven pálidos. Sin duda, es una señal que cuando aparece, inequívocamente indica peligro y miedo.

Cuando te apuntan con el dedo con la mano cerrada.

Dicen que señalar con el dedo es una falta de educación, pero lo cierto es que es un intento de dominio de la persona que te está señalando con el dedo, y a menudo es un gesto que suele emplear la gente violenta. En un alto porcentaje, es la señal que indica que esa persona no tendrá problema en llegar al ataque físico. De ahí su caracterización en Robert De Niro en sus habituales papeles de mafioso.

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Información no solicitada y anticipada.

¿Qué tienen en común las personas que sin poner en duda su integridad y honestidad, no dejan de repetir «yo soy muy sincero»? Pues que estás frente a alguien que lo más probable es que sea una persona bastante mentirosa y deshonesta.

Imagina que no me conoces de nada y me presento a ti diciéndote: «Hola, me llamo Carlos y no me meto drogas. En serio, nunca me he metido drogas». Es más o menos lo mismo: «que conste que yo soy una persona muy sincera».

El lenguaje corporal de los pies.

Puedes saber si una persona con la que te has encontrado y has comenzado a hablar, está a gusto hablando contigo o quiere irse. Únicamente debes observar sus pies. Si gira su torso para hablar contigo, pero sus pies no están en la misma dirección, probablemente tenga ganas de irse y se ha detenido a hablar contigo por pura cortesía.

A veces se hace de forma inconsciente, aunque en mi caso, incluso he llegado a despedirme y darle la espalda a esa persona y ha continuado con las ganas de proseguir la conversación. Algunas personas son muy duras a la hora de «cazar» incluso las señales más evidentes.

Cejas levantadas.

Las cejas levantadas suelen indicar varios sentimientos: sorpresa, preocupación o incomodidad. Si estás hablando con un cliente o estás conociendo a una persona, y ante un comentario notas cómo sus cejas se elevan, probablemente hayas metido la pata con tu comentario si el resto de su rostro permanece igual. Si, por el contrario, notamos una micro-sonrisa o inclina la cabeza ligeramente hacia atrás, hemos dicho algo que ha sorprendido a esa persona (para bien o para mal, según la forma de su micro-sonrisa).

La persona está a gusto contigo: el efecto espejo.

Cuando dos personas se gustan, inconscientemente comienzan a imitarse mutuamente en sus gestos. La otra persona bebe cuando tú bebes, inclina la cabeza hacia donde tú la inclinas, y ríe cuando ríes. Es por eso que el efecto espejo es una forma de influir en las personas. Únicamente debes imitar el lenguaje corporal de la otra persona. Su subconsciente registrará una similitud. No obstante, en caso de una cita, si no gustas, no gustas, por mucho que imites su lenguaje.

Un cambio paulatino o severo en su lenguaje corporal y expresiones faciales.

En ocasiones, estás hablando con alguien que se mostraba interesado/a, y de repente, se retrepa en la silla y cruza los brazos. Hemos perdido el interés de esa persona. A la inversa podemos observar también cómo en ocasiones, una persona se estaba mostrando reticente a nosotros o con una ligera falta de interés, y vemos cómo poco a poco va abriendo su postura, se inclina hacia nosotros e incluso sus ojos reflejan un aumento de la atención.

El contacto visual.

El contacto visual cada vez se ha vuelto más complejo. Antiguamente, a los mentirosos se les cazaba porque rompían el contacto visual. Hoy día el cuento ha cambiado, desde que los mentirosos saben que romper el contacto visual puede ser un indicador de mentira. Por eso, ahora, los mentirosos suelen clavar sus ojos en los tuyos, incluso sin parpadear, pues saben que la gente que dice la verdad, miran a los ojos sin miedo. Por lo tanto, ahora es un poco lioso dejarse llevar únicamente por el contacto visual, pues incluso si estás a gusto con alguien o una persona te gusta, es muy normal que claves tus ojos en los de esa persona.

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El hecho de que cuando una persona te habla, rompa constantemente el contacto visual, no significa que esa persona sea deshonesta o te esté mintiendo. A menudo también significa que esa persona podría ser algo más tímida o que la estés intimidando con tu propio contacto visual. Y ojo, el hecho de que la estés intimidando, no siempre es una mala señal, ya que en muchas ocasiones, es intimidada con mayor facilidad (y en el buen sentido de la palabra) una persona que se siente atraída por ti. Como puedes ver, un verdadero lío.

El chequeo visual.

No podemos denominarlo desconfianza, pero la mayoría de las personas, cuando no tienen suficiente con lo que ven a simple vista o no se fían del todo de una persona, suelen mirar a la otra persona de arriba abajo, a menudo, cuando la otra persona no se percata de ese chequeo.

Asimismo, cuando un hombre presta más atención o dirige su mirada con más asiduidad a ciertas zonas de la mujer (trasero, pechos…), la mujer ya puede hacerse una idea de qué es lo que le ha llamado la atención de ella a ese hombre.

Tendríamos otras señales más evidentes, como son el ceño fruncido (enojo, descontento…) o el hecho de que una persona no deje de reírse contigo aunque le estés contando chistes malos, así como el encogerse de hombros muestra incertidumbre, pero no hay que olvidar que cada persona tiene su propio lenguaje corporal a través de sus propios patrones de comportamiento.

Si te has molestado en conocer a una persona durante mucho tiempo, identificarás cualquier cosa que se salga de lo común. Es por eso que se suele decir que cuando una persona es infiel a su pareja, ha enviado más de 20 señales de que está siendo infiel, al haber alterado ciertas conductas y patrones de comportamiento. Muchas de esas señales han sido percibidas por la otra parte, pero ha preferido ignorarlas o no ha sabido identificarlas correctamente.

No obstante, lo que intentamos dejar claro aquí es que una única señal por sí sola no nos dice nada en la mayoría de los casos, y debemos ver mucho más, encontrar secuencias de señales e incluso provocar situaciones para hallar los patrones de comportamiento.

Libros recomendados sobre esta temática:

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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