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En Crisis, los Ejecutivos también lloran.

La crisis no ha sido únicamente para los obreros de clase media, y los altos cargos también han sido víctimas de la «limpieza de plantilla». Si un trabajador normal pierde su trabajo por el que cobraba 1,000-1,500€ y observa cómo está el mercado laboral, ciertamente es para ponerse a llorar. Imaginemos ahora la situación de un ejecutivo cuyo sueldo oscila entre los 40,000-70,000€ anuales, por no hablar de esos sueldos de 120,000€ e incluso más elevados.

Es evidente que por nuestra cultura de falta de ahorro e inversión, estos ejecutivos, por regla general, le ha venido la crisis en un momento en el que aún le faltan por pagar algunas letras, letras acorde a sus sueldos y lujos que un día se pudieron permitir. Eso, para muchos de ellos ya se acabó y suelen verse en una situación, que en ocasiones es mucho más «jodida» que la de un obrero medio. Aquellas características que un día poseían y podíamos llamar virtudes se les acaban convirtiendo en defectos y cargas a la hora de buscar un nuevo trabajo.



La edad.

Por regla general, un ejecutivo de este tipo, suele rondar los 45-55 años. Aquellas empresas que un día vieron que la edad era un grado de experiencia, hoy ven a una persona demasiado mayor para incorporarla a una plantilla joven. Podrían chocar dos visiones distintas y muy pocos empresarios ven ese «choque de visiones» como algo positivo.

El sueldo y la experiencia.

Deberán olvidarse de su antiguo sueldo y en muchas ocasiones, aceptar un trabajo por la mitad de lo que hace unos años cobraran. Jóvenes muy preparados les pisan los talones y estos nuevos licenciados estarían dispuestos a trabajar por mucho menos dinero, sobre todo, en los tiempos que corren. La experiencia ya no es una ventaja, sino una desventaja que se traduce a una edad avanzada y necesitad de cobrar más dinero, cosa que, en muchos casos, las empresas no están por la labor.

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Tecnologías e idiomas.

Eran los mejores en su cargo y elevaron empresas sin necesitar entender las nuevas tecnologías y sin saber idiomas, dos requisitos innecesarios en su época e imprescindibles hoy día para trabajar en cualquier empresa.

Se ha llevado a los cines una película que refleja lo que estos ejecutivos viven y sienten cuando son despedidos de su compañía. La película es «The Company men«, donde se puede ver también, cómo dentro de la gravedad, cada uno de ellos adquiere una actitud distinta ante una situación similar.

Algunos intentan buscar el lado positivo y otros no soportan el hecho de verse en la calle en las mismas condiciones que obreros que un día trabajaron para ellos.

Y por último, queda reflejado el motivo de ciertas tomas de decisiones de las empresas cuando atraviesan una crisis, y es que llega un momento que no trabajan para sus clientes, sino para sus accionistas. El caso más reciente en España es Teléfonica. Ese despido de más de 8,500 personas, no te quepa duda de que se trata de dar valor al accionista que tiene su dinero invertido en la empresa.

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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