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¿Hay algo peor que el absentismo laboral en tu negocio? Sí, el «presentismo».

Todos escuchamos en televisión esos datos estadísticos en los que se nos dice que el absentismo laboral cuesta cientos de millones de euros al Gobierno. Del mismo modo, el absentismo laboral es perjudicial para un negocio, ya que como es más que evidente, ese puesto queda sin cubrir o suele cubrirlo una persona que aún no está preparada para desempeñar la labor.

En la actualidad, el trabajador tiene miedo a ser despedido si se pone enfermo y falta al trabajo, por lo que en las empresas se da algo mucho peor que el absentismo, y es lo que hemos denominado «presentismo». Y no te quepa duda, que el «presentismo» suele salir más caro que el absentismo laboral.


¿Qué es el presentismo?

Es cuando un trabajador está presente en cuerpo pero no es productivo, pues sus condiciones físicas y/o mentales están temporalmente dañadas. Un ejemplo de presentismo es un trabajador que tiene gripe y no se queda en casa descansando.

En el caso del trabajo de oficina, el «presentista» suele sentarse en su mesa y contar los minutos que faltan para terminar. Si intenta hacer alguna gestión tardará el doble de tiempo en realizarla y probablemente no le dedique el tiempo necesario a repasar lo que está haciendo, por lo que es muy probable que cometa errores en su trabajo. En el caso de una secretaria, ésta, a pesar de esforzarse no atenderá del mismo modo las llamadas y clientes, pues estando enfermo, nuestra vitalidad, ganas, humor… es mucho menor.

En otros puestos de trabajo, el jefe suele darle al presentista otra labor hasta que se recupere, quizás menos arriesgada, lo que al fin de cuentas nos lleva  a tener un trabajador que realiza una función que no es la suya.

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A estos puntos le sumamos el peligro de contagiar al resto de la plantilla de trabajadores, por lo que en ocasiones, el no enviar a un trabajador a su casa durante 3 días, nos puede costar 33 días de pérdida de productividad y una mala imagen en los casos de atención al público.

Otras formas de presentismo.

Igualmente ocurre con algunos de esos trabajadores a los que se les ha comunicado que no se les va a renovar el contrato, por lo que en ocasiones, tener a un trabajador durante 15 días, sabiendo que no va a continuar, puede ser una agonía para el propio trabajador y puede conllevar consecuencias muy serias para la empresa. Cada vez más se aconseja que ante el aviso de «no renovación» del contrato, se le de la parte proporcional de las vacaciones para que el trabajador no permanezca en la empresa durante ese tiempo. Está claro que en este caso habrá muchas excepciones.

En resumen: El negocio es el negocio, por lo que ante un trabajador con síntomas de gripe o un problema psicológico temporal grave, no lo dudes ni esperes que el propio trabajador te lo pida. Dale un descanso, ya que más vale perder a un trabajador 3 días y que vuelva con las «pilas cargadas» a tenerlo en la empresa con la batería descargada durante 15-30 días con el riesgo de contagio al resto de la plantilla.

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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