Con la crisis, el ahorrador medio se está dando cuenta que los depósitos y bonos rara vez superan la inflación, y con respecto a la renta variable no le gustaría asumir un riesgo elevado. Es por eso que puede parecer apetecible la inversión en energía solar, donde se suelen ofrecer rentabilidades que alcanzan el 10% anual, al menos esa es la rentabilidad que ofrece Parques Solares de Navarra, un referente en España dentro de este tipo de inversión.
Hace tiempo hablábamos de que un negocio rentable para un inversor eran los huertos solares, de hecho, la demanda en este tipo de inversión se disparó, provocando al poco tiempo que se recortaran las subvenciones que recibían los inversores. Si a esto añadimos la dificultad de obtener financiación para este tipo de proyectos y la caída en el interés del particular por el alto capital exigido, lo cierto es que se necesitaría otra alternativa. Ahora mismo se ha puesto «de moda» el invertir en grandes proyectos empresariales de energía solar fotovoltaica. Se puede entrar desde 6,000€, claro que esta inversión no está libre de riesgos.
Los analistas recomiendan que en caso de entrar en este tipo de proyectos, únicamente empleemos una pequeña parte de nuestra cartera de inversión (por lo que pudiera pasar) y que lo hagamos pensando en el largo plazo, concretamente con miras a 25 años.
Según Parques Solares de Navarra, este tipo de inversión se encuentra en pleno apogeo en España, de hecho, las instalaciones de este tipo han crecido a unos ritmos anuales del 225% y aseguran que pueden ofrecer ese 10% de rentabilidad anual durante los próximos 25 años. Ver explicación en la propia web de Parques Solares de Navarra.
¿Cómo funciona Energía Solar Fotovoltaica?
La inversión en energía solar fotovoltaica requiere la instalación de paneles que se encargan de transformar la luz solar en electricidad, inyectada directamente en la red convencional. La compañía eléctrica instala un contador que registraría la energía recibida en tu red, de modo que abona al productor el 100% de la energía que se produzca. El fin de esta energía producida es destinarla a la venta.
Como ventaja, podemos nombrar que presenta una tarifa regulada por ley, donde sabemos cuánto nos van a pagar por kilowatio y existe un acuerdo por parte de las compañías de comprar toda esa energía. No obstante, volvemos a recordar que es obligatorio el analizar los riesgos de esta inversión, ya que en sus días llegó a peligrar el acuerdo de las compañías.
