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La situación económica real. Es matemáticamente imposible pagar la deuda.

En algún lugar del mundo, en este mismo instante debe haber varios cerebros pensantes buscando la forma de sacar al planeta del fango en el que está bien metido. Esa es la buena noticia, puesto que la mala, es más sencilla. Piensen lo que piensen, no hay una solución a la vista ni a corto ni a medio plazo, y en caso de no tomar las medidas necesarias y reales YA, el largo plazo viene de un color muy gris. Sencillamente se está actuando como si la música estuviera desacelerando el ritmo, cuando la realidad es que la música ya dejó de sonar.

Todo el mundo habla de deuda, e incluso nos llegamos a creer esas noticias de que por momentos el déficit disminuye, cuando realmente la deuda tiene un grave problema, y es que jamás se podrá pagar. Ya lo dije en 2010, y Santiago Niño Becerra lo dijo ayer mismo, y claro, ¿quién soy yo para decir algo que se contradiga con los grandes expertos económicos?, es más, ¿quién es Santiago Niño Becerra para decir algo así?. En el segundo caso, Santiago es el único que está hablando inteligentemente.


Algunos bromean sobre la explicación de Niño Becerra, el cual asegura que la deuda es impagable y que se haga lo que se haga con ella, traerá unas consecuencias nefastas para la inmensa mayoría. Podríamos explicar detalladamente el cómo se puede llegar a la conclusión de que el mundo jamás podrá pagar la deuda existente, pero estoy seguro de que os aburriría. Países con una deuda alta serían Estados Unidos, Italia, Francia, España, Grecia, China, etc…

Unicamente debemos centrarnos en la deuda de Estados Unidos (16 billones). ¿Cómo se pagan 16 billones y cuántas décadas serían necesarias para pagarla?. La esperanza está puesta en los países emergentes, ya que actualmente son el «mesías económico», un posible salvador que actualmente sabemos que no evitará la situación que se está dando.

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¿Será el Apocalypsis?

Algunos bromean sobre el hecho de que Niño Becerra está anunciando un apocalypsis, y por eso muchos no lo toman en serio. Ahora bien, por apocalypsis se entiende una situación que termina afectando a toda la población, y en este caso, un 1% de la población no se verá para nada afectada.

Sinceramente, no se dónde está la gracia, la broma ni la duda, pues si lo que algunas familias ya están viviendo no es un «apocalypsis», no se qué es lo que estamos esperando llegar a ver. El otro día veía que la previsión de familias que perderán su casa antes de 2015 era de 500,000. Una cifra nada despreciable, con la ironía de que esas familias pierden su casa para dársela a las mismas personas que provocaron que esa misma familia perdiera su casa (así de retorcidos nos hemos vuelto).

Nuevamente, no estoy de acuerdo en algunos planteamientos de Niño Becerra, pues él parte de la situación de una sociedad que continuará estando ciega ante la realidad y que no hará nada por impedir una masacre económica personal y global.

Sí que hay soluciones.

Soluciones siempre hay, y por supuesto que con cada medida que se ejecute, habrá una parte afectada. Continuar reajustando la deuda no nos lleva a ningún sitio, y el planteamiento es muy sencillo. Pongamos el caso de España.

En España, según nuestros dirigentes, para solucionar ciertos problemas que actualmente tiene la banca, debemos entregarles otros 20,000 millones públicos. Para poder darles esos 20,000 millones, muchos españoles perderán su puesto de trabajo, ya que el gobierno deberá subir impuestos para destinar inicialmente ese capital a la banca y posteriormente tapar ese nuevo agujero que se ha creado (como si no hubiera ya agujeros).

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El problema es que aunque destinemos esos 20,000 millones a la banca, únicamente sirven para eso, para tapar agujeros, y realmente no traerán un retorno de capital. Ahora multiplica este problema por todos los países que tengan necesidad de rescatar a sus bancos.

Solución ante este problema.

La solución es muy sencilla, y es que si un banco no va bien, como empresa, hay que dejarlo caer, duela a quien duela. En un pueblo de 3,000 habitantes no pueden convivir 15 zapaterías, y nadie viene a rescatar a las 10 zapaterías que van a cerrar, sencillamente, no es viable ni su permanencia ni el rescate. Con el tráfico de capital circulante dedicado al consumo y transacciones comerciales actuales, hay bancos que tienen que cerrar. ¿Por qué?, o cierran ellos o cierras tú. Es decir, cerramos nosotros. Si no les gusta la idea, que se hubieran dedicado a la artesanía o jardinería.

¿Y si olvidamos la deuda?

3 millones de españoles ya tienen su futuro hipotecado, y en algún momento no podrán pagar, pues están pagando una vivienda que ya no vale el precio al que la compraron. Como es evidente, un banco no va a decirte que le pagues la mitad y que olvidará el resto.

Pasemos a las naciones. España debe a Francia, Italia, Estados Unidos… Grecia debe a Italia, China, Francia… Estados Unidos debe a China, Francia, Italia… Todos debemos a todos un dinero que no tenemos, y como ya en sus días llegó a decir Leopoldo Abadía (nadie sabe cuánta basura hay en el mercado), en este caso, probablemente nadie conozca el nivel de endeudamiento real que existe en el planeta. El caso es que  este dinero que se debe, debemos financiarlo sumándole un nuevo interés a la deuda, la cual se pagará gracias a una pérdida de poder adquisitivo por parte de la población del país en cuestión, por lo que el consumo no aumenta, y más adelante, vuelta a empezar, pues ese dinero tapa un agujero creando otro agujero probablemente de mayores dimensiones.

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Solución al problema.


Las medidas de austeridad no nos llevarán a ningún sitio, pues a pesar de que la riqueza del planeta se encuentre en un 1% de la población, lo cierto es que ese 1% posee riqueza gracias al otro 99% (el consumidor). Si se castiga al consumidor, se castiga la economía.

Sigo diciendo que cuanto más se tarde en llegar a la solución real del problema, más graves y dolorosas serán las consecuencias para el planeta. La solución es Condonación de deuda, un formateo del sistema financiero, una oportunidad para que el mundo comience de nuevo.

Está claro que esta solución traerá graves problemas, aunque de no llevarla a cabo, las consecuencias serían mucho peores.

Esta es la realidad de la situación económica actual, la cual puedes creerla ahora, o puedes verla después. Lo que sí puedo garantizar, es que si continuamos permitiendo que el dinero público se dirija a tapar agujeros de enfermos económicos terminales, la situación se continuará agravando.

Por tanto, estoy 100% de acuerdo con Niño Becerra: La deuda es el problema y la deuda no se puede pagar. Es matemáticamente imposible, y lo peor de todo, es que nuestros dirigentes lo saben perfectamente.

PD: Si para rescatar un banco, una sola persona debe perder su vivienda, que se hunda el banco. A fin de cuentas, banco que no presta y navaja que no corta, si se pierde, ¿a quién le importa?.

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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