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Les dimos libertad de expresión, y el pueblo jamás se levantó.

Dijo alguien en una ocasión que la mejor forma de censurar y dominar al pueblo era, sencillamente, hacerles creer que eran libres por otorgarles la libertad de expresión, una libertad que actualmente podemos comprobar que de nada sirve.

Hablaba la semana pasada con Victoria Bernal, y me comentaba que cuando los americanos se rearmaron para la guerra en la búsqueda de unas supuestas Armas de Destrucción Masiva con el apoyo del Gobierno español y británico, ella estaba en Estados unidos, y, muchos americanos sabían que no había dichas armas y que las intenciones eran otras muy distintas. El pueblo lo sabía, y de hecho, el pueblo protestó. Aún así fuimos a la guerra. Victoria pensó que el pueblo se levantaría, pero lejos de algunas manifestaciones puntuales y algunas protestas, nada cambió.

Cuando finalmente se supo oficialmente que no existían esas Armas de Destrucción Masiva y todo el mundo conoció los intereses reales que habían promovido el acto, fue cuando muchos americanos concienciados con la causa, dijeron que ahora sí, que el pueblo ya no aguantaría más mentiras y que por fin la gente se levantaría indignada. No fue así, y el pueblo protestó un poco, pero… nada cambió. No obstante, algunos pensaron que Estados Unidos pediría disculpas por la actuación junto con el Gobierno español y británico, pero nunca llegaron esas disculpas y hasta hoy día, no han llegado a reconocer la verdad.

Hubo mucho revuelo por la violación de los derechos de algunos sospechosos por terrorismo, muchas equivocaciones y torturas a personas inocentes por el simple hecho de ser paquistaníes. Las fotos recorrieron el mundo entero y el pueblo se indignó, pero nada ocurrió.

Poco después estalló el mayor terremoto financiero de la historia, donde existen dos culpables muy claros. No son sospechosos, sino culpables, y estos culpables son banca y políticos. Los porcentajes de culpabilidad se los dejaremos a ellos. Sabemos que son los culpables, ellos lo saben. Diariamente se escriben artículos en internet sobre este tipo de abusos, sobre la corrupción política, ¿y qué pasa?, no pasa absolutamente nada, a pesar de que tenemos la libertad de expresión de decirlo en cada red social, osea, en la mismísima cara. Tristemente ellos no tienen ni la necesidad de desmentir nada, pues… ¿qué va a hacer el pueblo?, ¿protestar?, ya se les pasará.

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Entonces llegó el 15M.

El 15M llegó cuando ya era tarde, e incluso tuvo un buen efecto al principio, pues lo cierto es que existe el rumor de que se puso a trabajar a un gabinete de emergencia para saber cuál era la mejor forma de actuación en caso de un levantamiento masivo del pueblo. Finalmente se llegó a la conclusión de que era mucho mejor dejar que el pueblo se expresara, ya que el mismo pueblo los callaría.

Así fue cómo ocurrió, y es que el pueblo les llamó «Perros flauta». Al no estar organizados y al haber incorporado «banderas», comenzaron a molestar, y efectivamente, nosotros mismos los callamos.

Después vinieron a por los controladores aéreos.

Los controladores aéreos protestaron ante lo que ellos consideraban una injusticia, y el pueblo pensó que cobraban demasiado para lo que hacían, así que el pueblo les calló.

Vinieron a por los profesores.

Los profesores también protestaron por lo que consideraban una injusticia, pero el pueblo les llamó vagos y consideramos que un profesor está demasiado bien pagado para lo que hace, pues tiene muchas vacaciones y muchas horas libres al día.

Vamos también a por los funcionarios.

¿Por qué no recortamos el sueldo de los funcionarios?, a fin de cuentas, tienen un trabajo fijo y ante una crisis, deberían ser los primeros en «arrimar el hombro». El pueblo lo vio justo, pues realmente, para lo que hacen los funcionarios… los funcionarios no protestaron mucho, pero de haberlo hecho, el pueblo les hubiese callado.

Ahora vamos a por los demás.

Llegó la reforma laboral, y quiero dejar este punto muy claro, pues a mí me interesa la reforma laboral, igual que a Victoria, pues es mano de obra más barata y más facilidad para el despido. Yo no tengo absolutamente ninguna queja, y por eso me sorprende que precisamente la estén apoyando personas que están siendo denigradas laboralmente. El pueblo va a protestar por la reforma laboral, y el propio pueblo les callará.

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Todos hemos visto cómo el nuevo Gobierno ha subido los impuestos cuando ha recriminado incluso en 11 ocasiones al anterior Gobierno que una subida de impuestos no era la solución, del mismo modo que no era una solución abaratar el despido. Todos lo hemos visto, todo está grabado, todo está escrito, y…. ¿qué va a hacer el pueblo? El pueblo protestará y el propio pueblo les callará.

5 millones de parados, un país que está acercándose a un nivel de pobreza nunca antes visto, familias que pierden su hogar embargado por las mismas personas que provocaron la crisis. Nadie les defiende, a pesar de que nuestra Constitución dice claramente que todo el mundo tiene derecho a un trabajo y una vivienda. Políticos corruptos de izquierdas, de derechas, de centro y de lado, un sistema bancario podrido al que destinamos el dinero público…. todos lo sabemos y todos protestamos, y no importa si te levantas o no, pues alguien habrá para volver a sentarte.

Si internet fuera un amigo, sería nuestro amigo más falso.

Qué unidos estamos todos en internet, qué poderosos somos cuando conseguimos crear un #Hashtag en Twitter y millones de seguidores nos apoyan, pero… pongamos los pies en el suelo, pues internet crea una realidad paralela.

Cantoná llamó en internet al movimiento de sacar el dinero de los bancos. Lo cierto es que en España, la mayoría dijeron que Cantoná era un loco y que tenía ganas de popularidad. Aún así, contó con miles de seguidores que apoyaban la iniciativa y supuestamente sacarían el dinero de los bancos. La realidad la podríamos dividir en dos opciones: Que los seguidores de Cantoná no tenían ni un euro o que fue una moda pasajera el apoyarle. Nadie sacó el dinero de los bancos.

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La mayor falsedad cibernética: Julian Assange, Wikileaks

Mucha gente apoyó a Assange, y de hecho se llamó al boicot de las empresas que habían impedido que recibiera fondos para su lucha. Se hicieron grandes listados con nombres de empresas entre las que se encontraban Amazon y Paypal entre otras, dos empresas que han aumentado el número de usuarios recientemente, lo cual indica que no hubo boicot y nadie se acuerda en la actualidad de Julian Assange, a pesar de que probablemente haya sido falsamente acusado de violación, pues es una acusación muy típica que suelen recibir aquellos que se enfrentan a Estados Unidos o están cerca de revelar la verdad, como fue el caso de un fiscal de Estados Unidos que iba a procesar a varias figuras de Wall Street.

Hoy me preguntaban en un comentario que durante cuánto tiempo vamos a permitir esta burla política y estos abusos sobre la población. Mi respuesta es que siempre los permitiremos, ya que el pueblo no está unido. La realidad es que ni todos somos iguales, ni todos buscamos lo mismo. Esa es la única verdad.

A.Carlos González / Negocios1000.com

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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