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Equivalencia de los Juegos Olímpicos con los Recursos Humanos

Empieza una nueva edición de  los JJ.OO. de la época moderna. Los primeros por los que compitió Madrid, como sede olímpica y, que no tuvo la fortuna de albergar. El espíritu deportivo inundará informativos y todo tipo de medios de comunicación con las hazañas y proezas de los deportistas de élite.
Sacrificio, equipo, liderazgo, éxito, esfuerzo, riesgo y entrenamiento son algunos de los elementos que configuran el día a día de estos deportistas que compiten en Londres durante las próximas semanas. Miles de espectadores disfrutaran de una ceremonia de apertura que será un éxito de vistosidad, esfuerzo, talento y espectáculo.
¿Qué tienen que ver los RR.HH. en estas olimpiadas?

La respuesta es: las coincidencias o paralelismos entre unos y otros.
Ceremonia de apertura
Olvidemos la parte de espectáculo y centrémonos en la organización, puesto que es la fusión de cientos de centenares de voluntarios y deportistas perfectamente sincronizados y liderados. Tenemos varias nacionalidades entre los deportistas y muchos voluntarios de diferentes estatus educativos y, unos y otros, ensamblados para el espectáculo y la exhibición.
La idea del espectáculo puede ser buena, si no la sincronizamos entre todos, puede resultar un fiasco. Quien la dirige tiene un equipo de líderes intermedios, que obedecen las instrucciones y creen en el proyecto de vistosidad. Ese equipo de líderes, está capitaneado por un responsable total, el director, que será quien se encargue de plasmar la idea en el estadio olímpico. Si el resultado les gusta, entonces es talento.
Lo mismo que una empresa ¿no?
Trabajo en equipo
El fútbol, el waterpolo, el baloncesto son algunos de los deportes configurados como equipo. El fallo de uno o varios impide la medalla. El esfuerzo durante semanas y años se ve truncado y, con la desilusión, el regreso a casa.
Pero, esa y otras disciplinas deportivas, llevan consigo una serie de profesionales y voluntarios que en equipo hacen que funcionen correctamente. Lo mismo ocurre con los medios de comunicación televisivos, que suman un conjunto de esfuerzos para trasmitir todos los rincones informativos de las olimpiadas.
Son equipos liderados para conseguir un fin.
El esfuerzo de un  puesto de trabajo
El atleta entrena diariamente. Participa en todas las competiciones deportivas de su país y de su alrededor con el objeto de estar tremendamente preparado para competir por la medalla de oro. Sin embargo en la prueba definitiva, ocho compañeros corren por el oro. Solo uno lo consigue, aquél que su esfuerzo, preparación y talento es el mejor de todos.
Si quieres el reconocimiento de tu empresa por tus esfuerzos, debes aplicar los criterios del atleta que consigue el oro en las olimpiadas. Sólo llegan los mejores y ellos consiguen el premio en el deporte y en la empresa.
Entrena y asume riesgos
El talento está innato en la persona. Algunas veces sale por sí solo y otras veces necesita de apoyos externos. El deportista nada puede hacer sin el entrenador que asume los riesgos de prepararle, enseñarle y lanzarle a la competición. Ellos y, sus riesgos, son parte del alma del éxito competitivo. Alguien tiene que dar las pautas de entrenamiento o competición y, unas veces consigue el éxito y otras fracasa.
En la empresa ocurre lo mismo. Debemos buscar el talento de nuestros empleados, entrenándoles en su área, enseñándoles y mostrándoles la dirección de la empresa. Asumiremos riesgos y aciertos por igual. Unas veces ganaremos y otras perderemos, pero la fórmula es… entrenar para evitar los riesgos.
Nadie nace sabiendo, incluidos aquellos empleados con la actividad formativa más brillante posible. Todos necesitamos de un entrenamiento y dirección, que asumiendo los errores y fracasos, conseguimos el éxito o nos quedamos muy cerca del premio.
El esfuerzo
Aquellos deportistas que más esfuerzo hayan realizado en los últimos años, conseguirán el premio olímpico y su satisfacción personal. La empresa debe buscar mecanismos para valorar y agradecer los esfuerzos de sus empleados. Aquellos que alcanzan el éxito profesional deben subir al pódium y recibir su propia medalla personal y profesional.
Otras competencias:
A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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