El Bitcoin ya vale 260 dólares. En sólo 4 días ha aumentado su valor en 120 dólares mientras los expertos no se ponen de acuerdo sobre si esto podría acabar en burbuja o no. Se dice que un activo monetario no puede convertirse en una burbuja, aunque lo cierto es que sería mucho decir que el Bitcoin sea, para comenzar, algo llamado «activo». Los Bitcoins son imposibles de valorar.
Se hablaba de burbuja cuando el Bitcoin valía 35 dólares, y en cambio, muchos especuladores se reían de las personas que decían era una burbuja, ya que han ganado mucho dinero. A 35 dólares, el Bitcoin, para algunos era una ganga. La pregunta es si continúa siendo una ganga a 260 dólares. ¿Cuánto vale un Bitcoin?
Lo cierto es que un Bitcoin vale exactamente lo mismo que un tulipán. ¿Cuánto vale un tulipán? Pues 0 dólares, pero si estás dispuesto a pagar 200 dólares por ese tulipán, pues ese será su precio, pero no su valor. Por tanto, la probabilidad de que el Bitcoin acabe perdiendo el 99% de su valor, dependerá de la rapidez con la que baje la demanda de Bitcoins.
Quienes compraron Bitcoins en marzo de este mismo año, han conseguido ganar un 600%. Esto convierte al Bitcoin en un producto ideal para especular, ya que lo máximo que puedes perder es el 100% del capital invertido, no más, y en cambio puedes ganar….. incluso un 1.000%, pues de la misma forma que el Bitcoin vale 260 dólares, éste podría valer 2.500 dólares, y nadie podría decir si es barato o caro a ese precio, ya que como decimos, es imposible valorar, y por eso, este «activo» monetario es lo que se denomina una burbuja perfecta, donde llegará un momento en que todo particular que tenga Bitcoins, perderá hasta la camisa. Hasta entonces probablemente algunos especuladores ganen muchísimo dinero.
La horquilla de precios en la que se puede mover un Bitcoin oscila entre 0 y el infinito. Muchos expertos darán 1000 motivos para explicar que el Bitcoin no puede acabar en burbuja, pero los argumentos serán similares a los que se usaban para explicar que la vivienda era la inversión más rentable porque siempre sube y nunca baja, con la diferencia de que el valor de una vivienda nunca puede llegar a 0 y se puede valorar fácilmente a precio de mercado actual.
