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5 frases que los emprendedores deben evitar decirle a los inversores a la hora de exponer sus ideas.

Michael Cohen, director general de Mati Ra´anana, una firma de capital riesgo que conecta jóvenes emprendedores tecnológicos con inversores que estén dispuestos a invertir en sus ideas de negocio, ha recopilado 5 frases que considera que asustan a estos inversores o generan desconfianza.

Hemos hablado mucho acerca de lo que un inversor busca en el proyecto de un emprendedor, y lo cierto es que la desesperación por captar esa vital financiación para nuestra idea, es lo que nos puede hacer ir a la «desesperada». Es por eso que la mayoría de los encuentros entre emprendedores e inversores suelen acabar en fracaso, y así lo reconoce Cohen. Por tanto, mostramos las 5 frases prohibidas de cara al inversor:

1. «Todo el mundo va a querer….»

Una frase muy peligrosa, ya que existen muchos consumidores y cada cual tiene sus preferencias y gustos. Incluso el propio sentimiento subjetivo no refleja la totalidad del sentimiento de todo el mercado. No existe una situación en la que todo el mundo querrá la misma cosa.

Ahora bien, los lectores más «rebuscados» estarán buscando la forma de llevar la contraria a este punto. Me imagino que algunos ya habrán pensado que no es cierto, pues todo el mundo quiere zapatos, todo el mundo quiere un móvil hoy día, una cama, etc…

El caso es que casi con toda probabilidad, nosotros no le vamos a ofrecer a nuestros inversores algo que todo el mundo va a querer, ya que de lo contrario, estaríamos ante la innovación del siglo. Y no digo que no sea posible, pero en principio, el emplear la frase: «nuestro producto lo va a querer todo el mundo», lo que demuestra es que somos pésimos haciendo un estudio de mercado y buscar nuestro público más objetivo. Según algunas investigaciones, el 30% de los inversores dicen que los emprendedores tienen muchos problemas a la hora de reconocer su mercado objetivo, y por tanto, cuando un emprendedor lo tiene claro, es algo que aprecian.

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2. «Vamos a llegar a nuestro primer millón……»

Vale, aún no has comenzado, así que no tienes ni idea de cuándo vas a llegar a tu primer millón (ni de euros ni de usuarios), ya que Cohen asegura que esta expresión se suele escuchar mucho en los emprendedores que desarrollan alguna aplicación para móviles.

Para hacernos una idea, hay 900 millones de usuarios de Android. Para llegar a nuestro primer millón de descargas y así hacer rentable la compañía, únicamente necesitaríamos hacernos con el 0,12% de los usuarios. Dicho así, el dato es alentador. Pero el inversor tiene otro dato, y es que el 95% de las aplicaciones no alcanzan el millón de usuarios. ¿Cuántas aplicaciones tienes en tu móvil y cuántas usas a diario?.

No especules con el inversor cuánto vas a tardar en conseguir tu primer millón. Cuéntale mejor cómo vas a hacer para conseguir tus primeros 10.000 usuarios, y cómo de buena va a ser la aplicación como para que esos primeros 10.000 usuarios te traigan el resto de personas hasta el millón. Y ya sabes, una vez consigues tu primer millón, el resto viene sólo.

3. «Nosotros somos únicos»

¿Por qué crees que sois los únicos?. Las oportunidades de negocio se presentan a diario en todo el mundo. Si tu idea es buena, probablemente otros ya hayan reconocido la oportunidad de negocio o probablemente estén dándole forma a algo similar. No pierdas el tiempo tratando de convencer que tu idea es única, aunque fuera cierto.

Dedica tu tiempo a explicarle la estrategia que vas a seguir hasta el punto de no importarte que aparezcan otras ideas similares. Por ejemplo, Waze, la última start-up que ha comprado Google, no eran únicos. De hecho, existen cientos de aplicaciones de navegación gratuitas, pero Waze era la única que además de ser una App de navegación, también era una especie de red social de conductores, que tampoco era una idea única, pero era aparentemente la que mejor conseguida estaba.

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4. «Yo no voy a poner dinero, pero voy a trabajar un montón de horas».

El inversor estará siempre más tranquilo sabiendo que el emprendedor también se juega su propio dinero si el negocio no va bien. Es pura psicología, aunque sea una cantidad simbólica. Haz uso de la empatía y piensa si tuvieras dos emprendedores frente a tí, donde uno se juega su dinero y el otro no. A voz de pronto, ¿de cuál te fiarías más?. El que no se juega nada, mañana se puede aburrir o cansar y abandonarlo todo. El experimento fallido le sale muy barato, mientras el otro tiene un motivo más por el que luchar, aunque sea el egoísmo de no perder su propio dinero.

5. «De eso se va a encargar mi hermano, mi primo…..»
Los inversores esperan que la compañía va a cubrir los puestos necesarios basados en la capacidad y no sobre el apego familiar. Para estos inversores, los negocios familiares no suenan bien, y eso no quiere decir que tu hermano no sea la persona más profesional de su campo. A no ser que tu hermano o primo sea un conocido en esa industria concreta y ya tenga logros que puedan impresionar a ese inversor. De no ser así, en principio evita nombrar a familiares de cara a los inversores.
A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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