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La historia de Leo: «El vagabundo que está a punto de acabar una aplicación»

Patrick McConlogue es un joven programador que un día se preguntó qué ocurriría si a las personas sin techo se les enseñara a programar (código), por lo que este joven programador de 23 años con sede en Manhattan, una mañana se acercó a un vagabundo, al cual veía a menudo de camino al trabajo y le ofreció una idea con dos opciones. La idea fue simple. Le dijo al vagabundo:

Sin ánimo de faltarle el respeto, le propongo algo. Puedo darle 100 dólares o puedo volver mañana con 3 libros de código javascript de nivel principiante, medio y experto para que comiences a leerlos y aprender código. Además te traeré un ordenador de bajo precio y cada día, dedicaré 1 hora de mi tiempo a enseñarte y resolverte las dudas. ¿Qué opción eliges?.

El vagabundo, llamado Leo, eligió la segunda opción.

McConlogue quería poner a prueba su teoría de que más allá de los estereotipos, hay personas que viven

situaciones paupérrimas debido a que otras personas no les dan una oportunidad, claro que en ocasiones, también se les da oportunidades pero no están dispuestos a aprender o esforzarse. Leo, en cambió, a pesar de preguntarse quién era esa persona que tenía interés en ayudarle, sintió que se le abrían las puertas para aprender algo nuevo, ya que a fin de cuentas no tenía nada mejor que hacer.

 Leo se tomó muy en serio el aprendizaje hasta el punto de estar a 4 semanas de terminar una aplicación (con la ayuda de McConlogue) que podría tener un éxito razonable, al tratarse de una aplicación relacionada con una de las preocupaciones de Leo: el cambio climático y el calentamiento global. No han dicho más acerca de la aplicación.

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Mientras algunos acusan a McConlogue de aprovechar esta historia para tener sus 30 minutos de gloria, algunos reporteros no dudaron en preguntarle a Leo si realmente no se sentía un peón dentro del  experimento de alguien, si sabía al menos lo que era Google o el blog de tecnología de Mashable. Leo dijo que no le importaba nada eso, pues siente que está aprendiendo algo nuevo y ve una puerta abierta a un futuro mejorado de su vida y que McConlogue es su hombre.

McConlogue, ajeno a las insinuaciones y críticas, ha hecho uso de un antiguo dicho: «Dale a un hombre un pescado y comerá hoy, enséñale a pescar y comerá todos los días».

Los reporteros que hicieron el reportaje de Business Insider que adjuntamos al pie del artículo, se quedaron sorprendidos de la capacidad de concentración de Leo, ya que mientras ellos se sentían frustrados por el ruido de los camiones, pitidos de vehículos y todo tipo de distracciones, Leo permaneció inmutable. Después de todo, esas condiciones son los pilares de su medio ambiente.

Leo quería que se supiera ante todo que él no se sentía un miserable antes de la llegada de McConlogue hace 4 semanas, pero vio a una persona que miró más allá del estereotipo de vagabundo y le ofreció una oportunidad. Nunca había pensado en la codificación, ni sabía lo que era hace un mes, pero ahora es lo que está haciendo y lo que quiere seguir aprendiendo.

«Mi vida tenía momentos buenos antes de esto», dice Leo, «y ahora, esta oportunidad de aprender a hacer algo nuevo me dará más oportunidades de tener más momentos buenos»

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Y bien, ¿qué conclusiones se podrían sacar de esta historia?

Reportaje de Leo y McConlogue (en inglés)

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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