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El precio secreto de emprender tu propio negocio.

Emprender tu propio negocio no es un camino de rosas. Es algo duro. Muy duro. Y es algo que no te cuentan.

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Todo el mundo sabe que comenzar a levantar tu propia empresa no es nada fácil, pero muchos empresarios de éxito ya están comenzando a ser honestos sobre lo increíblemente brutal que puede ser el iniciar tu propio negocio, y el precio que muchos empresarios pagan en silencio. Supongo que muchos habrán leído eso de «si quieres libertad e independencia económica, inicia tu propio negocio».

Lo cierto es que libertad e independencia económica es lo que perderás durante mucho tiempo hasta que la empresa salga a flote, teniendo en cuenta de que existe mucha probabilidad de que no sea así. Esa es la realidad, y así se refleja en un artículo que ganó un premio en la revista estadounidense Deadline Club, explicando incluso cómo muchos empresarios sabían que era duro, pero no sabían que sería tan duro, llegando incluso a quitarse la vida.

El artículo hablaba de Bradley Smith, considerado como uno de los empresarios actualmente más respetados y una eminencia en el campo de las finanzas personales. Su empresa Rescue One Financial, una compañía de servicios financieros que ayuda a las personas a salir de deudas y elaborar estrategias en sus finanzas personales, facturó más de 32 millones de dólares el año pasado, habiendo crecido más de un 1.400%, según Inc.com.

Smith tenía un secreto que sus clientes no podían ni imaginar, y es que hace únicamente 5 años, mientras que asesoraba y aconsejaba a sus clientes sobre cómo quitarse las deudas, él se encontraba al borde de la runia financiera, y cada vez más hundido en sus propias deudas. Y por supuesto, al borde de la depresión al no ser capaz de controlar su situación.

Smith ya había vendido aquel Rolex que compró con su primera nómina en Wall Street, ya había alcanzado el límite total de sus créditos e incluso se había tenido que humillar delante de su padre, el cual parece ser que era un hombre muy serio que desde pequeño le decía a sus hijos que el dinero no crece en los árboles y que nunca hay que hacer negocios o pedir dinero a la familia. Ante la desesperación de su hijo, el padre le dio 10.000 dólares, pero con un interés al 5%.

(Leer: 4 cosas que aprendí de estar en la ruina financiera)

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Y todo esto ocurría mientras que Smith cada día se reunía con clientes para asesorarles en sus finanzas. Si los clientes hubieran conocido su situación financiera, la triste realidad es que probablemente no hubieran escuchado sus consejos.

La situación para Smith era financieramente caótica, y cuando parecía que no podía empeorar, hicieron acto de presencia  las leyes de Murphy.

Cuenta que una noche, mientras cenaba con su mujer y hablaban de la situación tan problemática que estaban atravesando, su mujer le dijo que estaba embarazada. Smith estaba esperando su primer hijo, y lejos de alegrarse por aquella gran noticia, únicamente aumentó la presión.

Después de 8 meses de pura y dura ansiedad, la empresa de Smith comenzó a ganar algo de dinero y comenzó a ser un negocio rentable y de constante crecimiento a partir de aquel momento.

Lo que no te dicen cuando emprendes.

En nuestra cultura idolatramos a los grandes empresarios, y sólo vemos su éxito, pero no vemos, no sabemos y no nos cuentan esas luchas secretas contra la ansiedad y el estrés que no todo el mundo es capaz de dominar.

Se representa con un hombre subido encima de un hambriento león, donde todo el mundo que lo ve piensa: «Qué tío tan valiente que no le tiene miedo al león», mientras que el hombre que está subido en el león está pensando: «En qué cojones estaría pensando para subirme en este león. A ver cómo me bajo sin que me coma».

Hasta ahora se recomendaba a los empresarios el no admitir tales sentimientos, pues era una forma de mostrar debilidad. Y un empresario debe ser fuerte. Es decir, la creencia de «finge hasta que lo consigas». En este marco se encuentran algunas personas que cuando comienzan en un negocio de afiliados, a los 15 días ya está pregonando que ese negocio le cambió la vida, cuando realmente aún no ha ganado un sólo euro.

En Enero, Jody Sherman, de 47 años, fundador de un sitio de comercio electrónico, acabó quitándose la vida al no ser capaz de gestionar todos sus problemas de inicio y dificultad de su empresa. Tras su muerte, otros muchos emprendedores reconocieron que su salud mental se estaba viendo perjudicada ante el estrés y la dificultad, así como las luchas internas constantes a las que están sometidos. Muchos emprendedores comenzaron a reconocer que tuvieron pensamientos suicidas cuando aparecieron las dificultades en su empresa.

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Es por eso que el problema comenzó a ser algo serio y la comunidad empresarial comenzó a cambiar el mensaje; «Si tienes problemas, no te los guardes, pide ayuda, pues tú también eres humano». De hecho, se han creado algunas líneas con teléfonos de ayuda para los empresarios estadounidenses en problemas, una línea que forma parte de la prevención de suicidios.

Aseguraban en la publicación que personas muy exitosas cuyos nombres no imaginaríamos han tenido este tipo de problemas en silencio y se vieron en la necesidad de pedir ayuda, pues no es sólo el hecho de los problemas financieros y de arranque en la empresa, sino el tiempo que no pueden dedicarle a su familia, la soledad del emprender y la cantidad de horas que un empresario al inicio debe dedicar, pues el trabajo de empresario suele ser 24/7 (24 horas al día los 7 días de la semana) antes de que puedas conciliar tu vida profesional y familiar.

Pero un empresario no puede hablar de ello, y carga en silencio con todos sus problemas, ya que sería considerado un signo de debilidad el demostrar que no atraviesas un buen momento, y una pérdida de credibilidad para un asesor financiero el mostrar que tiene más deuda que sus propios clientes.

Si tienes un negocio probablemente todo ésto te suene familiar. Siempre insisto en que todos podemos emprender, pero no todos estamos preparados para enfrentarnos a la presión de ser empresarios, más que nada porque no se suele ser sincero con la gente a la hora de decirles a qué se enfrentan realmente.

Es por eso que cuando se trata de montar nuestro propio negocio, debemos mirar más allá del interés económico, pues falta de dinero es lo que probablemente tendrás durante algún tiempo hasta unos límites que ahora mismo no puedes ni imaginar.

Si tienes pensado emprender debes multiplicar por 2 el escenario más sombrío que tu mente puede proyectar en este momento. Si una vez te inicias, resulta que ha sido más fácil de lo que esperabas, enhorabuena, pero si la cosa se tuerce en el negocio, es una situación con la que ya deberías haber contado.

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Deberás nadar en un mar donde algunos de los obstáculos serán: el papeleo inicial y trámites burocráticos interminables (multiplica por 5 en España), tardanza en llegar los primeros clientes, clientes perdidos, disputas con socios, proveedores y clientes, dura competencia, problemas personales, dificultades para pagar nóminas, facturas, y dificultades para pagar las letras familiares. Vivirás momentos en los que puedes sacar por fin la cabeza del suelo justo para recibir otra pedrada. Falta de sueño, estrés y cansancio. Y siempre sabiendo que el 80% de los nuevos negocios están fracasando.

(Leer: 10 motivos por los que fracasan los pequeños negocios al inicio)

Este es el camino del empresario, y es por eso que los negocios no son para todo el mundo.

Algunos consejos para iniciarte como empresario.

Debes partir este camino sabiendo de antemano que el fracaso es una posibilidad, así como la pérdida económica. Si tienes asumido este punto, al menos ya no perderás la cabeza si ese momento llega, porque podría llegar.

En lugar de decirte a ti mismo que eres un fracasado porque tu negocio ha fallado y eres un perdedor, recoge esa experiencia y parte siempre de la premisa de que «quien no arriesga no gana». Y las únicas personas exentas de fracasar son los que nunca han arriesgado nada. Míralo desde este prisma y no hagas un drama de un fracaso.

Ten siempre una persona de confianza con la que puedas ser abierto acerca de tus sentimientos y emociones. Recuerda que si algunas personas no saben qué problema tienes, quizás te estés perdiendo algún buen consejo, ya que esa persona podría haber pasado por algo similar. Pero ojo con llorar en los hombros de todo el mundo. No se trata de eso.

Por lo demás, iniciar tu propio negocio te puede aportar grandes recompensas, pero será un trabajo muy duro. Eso nunca lo olvides.

Por qué un empresario debe estar tan preparado como un francotirador de los marines
Si vas a fallar en los negocios, ésta es la forma de hacerlo
A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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