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¿En qué se parece la ciencia de las ventas a la seducción científica?

Hace algún tiempo, uno de nuestros lectores mencionaba que estaba asistiendo a unas clases de seducción científica. Era la primera vez que lo escuchaba, por lo que busqué qué narices era eso de la seducción científica y llegué a diferentes vídeos en Youtube, y al origen de este tipo de seducción, al menos en España, que sería Mario Luna.

Mario ha pasado gran parte de su vida «descifrando a la mujer», y enseñando a los hombres a conquistarlas bajo un método. Digamos que se ha convertido en una especie de Doctor «Love» y creó su negocio alrededor de esta pasión suya, con diferentes libros y con la creación de SeducciónCientífica.com, una academia de la seducción.

Nuestra compañera Victoria B, como mujer, opina que todo esto es un poco machista, pues parte de los vídeos que se exponen consisten en conseguir «ligar» o robar un beso a una chica en menos de 5 ó 10 minutos. Y todo sea dicho de paso, lo consiguen con éxito.

Mario Luna seduccion cientifica
Mario Luna: fundador de Seducción Científica

La buena noticia para los hombres, es que usar técnicas de seducción funciona. La mala noticia para las mujeres, es que ellas no son distintas a un cliente que visita un vendedor.

Las mujeres (y hombres), pueden creer que son ellas las que eligen a qué hombre van a besar, del mismo modo que un cliente piensa que él elige lo que va a comprar , cuando lo cierto es que la mujer puede ser llevada y guiada por un seductor, si este seductor sabe lo que está haciendo, de la misma forma que un cliente finalmente compra por emociones, y no por razonamiento, siendo el vendedor el que decide qué emociones debe sentir el cliente. Claro que todo es mucho más complejo.


El arte de la seducción se basa en el arte de la negociación, y viceversa.

Tras ver algunos cursos que imparten estos instructores de la seducción, podemos llegar a la conclusión de que cualquiera de ellos podría enseñar técnicas de ventas, del mismo modo que cualquier experto vendedor, cambiando el mensaje, podría dar clases de seducción, pues un vendedor, antes que vendedor, es un seductor. Si no hay seducción, no hay venta.

1. … Pero no todo es vendible.

En la seducción, ni todas las técnicas del mundo te ayudarán si eres feo hasta provocar el vómito. Aunque ojo, como hemos dicho en diferentes ocasiones, cualquier persona fea, puede convertirse en una persona atractiva si trabaja en ello (ejercicio, cuerpo y cutis cuidado y vestimenta favorable y apropiada).

Ver también:  10 Errores a la hora de invertir.

En el mundo comercial, es exactamente lo mismo. Debemos presentar el producto con una visión mejorada. No es lo mismo intentar vender una vivienda sucia y estropeada, que limpiarla y arreglarla un poco antes de enseñarla a un cliente. Aunque en casos extremos, si la vivienda tiene vistas laterales a un muro y vistas frontales a un cementerio, por mucha habilidad que tengas en la venta, no podrás vender las excelentes vistas de la vivienda.

2. A más visitas, más ventas.

En la seducción, no todas las mujeres te van a decir que sí, pero aumentas tus posibilidades de «meter un gol» conforme aumentas el número de mujeres a las que le haces «una entrada». Lo que está claro es que si no sales ni lo intentas, no ligas.

En ventas, se trabaja con un ratio de visitas/cierre de ventas, también llamado el PER comercial. y de la misma forma, si no sales a vender, no vendes. Cuantos más clientes visites, más ventas. Son matemáticas, y las matemáticas son una ciencia de las más exactas.

3. La seguridad y auto-confianza lo es todo.

La gente percibe lo que proyectamos. No ligarás si eres una persona insegura. No venderás si te muestras dubitativo. Y en ambos casos, la confianza se gana con la práctica y aprendiendo tanto de las ventas/ligues que han salido bien, como de aquellos en que hemos recibido una negativa. Y esto nos lleva al siguiente punto.

4. Cada persona es una nueva persona.

No importa cuántas negativas hayamos recibido hace 5 horas o hace 2 semanas. En la seducción, tu nuevo objetivo no tiene la culpa de los rechazos anteriores. El nuevo cliente al que visitas, no sabe que llevas un día de perros, por lo que hay que tratarlo como si fuera el primer cliente que visitamos. Pues realmente es el primero al ser único. Y esto es lo que se llama resistencia ante el fracaso y resiliencia.

(Leer: Resiliencia; cómo tener éxito cuando las cosas se ponen feas)

5. Hablar lo justo tiene mejores resultados que el famoso «palique».

Es cierto que cualquier seductor toma la iniciativa verbal y habla y pregunta sin parar para preparar el campo de juego. ¿Por qué la mayoría de estos seductores enseñan a besar a una chica en 5 minutos?. Tiene una explicación muy sencilla, y es que una vez hemos captado su atención, le hemos llamado la atención y se siente atraída hacia nosotros, es el terreno ideal para cerrar el acuerdo, pues alargar la situación es dar lugar a hablar más de la cuenta y romper la magia que nos ha hecho ganarnos su atención. ¿Para qué vamos a esperar?.

Ver también:  Una idea de negocio y ejemplo de cómo alcanzar el éxito.

Y en las ventas es exactamente igual. Se ganan más ventas escuchando que hablando. Una vez que el cliente se siente atraído hacia lo que vendes, cierra la venta, pues si sigues hablando y dando explicaciones innecesarias, puedes perder esa magia comercial.

6. Cualquier hora es buena para vender, pero no cualquier momento.

La mayoría de los seductores «trabajan» por el día, pues es cuando la mujer tiene sus defensas anti-babosos a la baja, ya que en fin de semana, suelen salir con sus escudos anti-hombres. Y eso es un efecto sorpresa.

Claro que tanto en la seducción como en las ventas, si bien podemos elegir cualquier hora del día para nuestro propósito (ligue o venta), cualquier momento no es adecuado para lograrlo, y esos momentos hay que intentar reconocerlos. Es decir, si una chica se dirige rápidamente al hospital, pues la acaban de llamar diciéndole que su padre ha sufrido un infarto, ni el mejor seductor del mundo podrá seducirla.

Y en las ventas, en ocasiones los vendedores no saben reconocer cuando un cliente tiene prisa de verdad, esforzándose en hacer su exposición a pesar de que el cliente no le está prestando atención, perdiendo así la oportunidad de presentarle su producto otro día en el que contaremos con toda su atención.

7. La sonrisa lo es todo.

Hay dos condimentos que usan los seductores; el sentido del humor (como forma de romper el hielo) y una sonrisa. Si bien en las ventas debemos mostrar un carácter afable, en ocasiones el sentido del humor puede estar de sobra, pero una sonrisa es necesaria. Ten en cuenta que estamos fomentando una relación beneficiosa para ambos, y no un funeral. Intenta hacer del encuentro una grata experiencia. Eso es seducción comercial.

8. Naturalidad.

Tanto si hablamos de seducción como de ventas, parte del secreto es esconder todas las técnicas bajo una capa de naturalidad. Recuerda que a nadie le gustan los vendedores, y por tanto, tu misión es que a primera vista, esa persona no vea a un vendedor, de la misma forma que la misión de un seductor es esconder su principal motivación de llevarse a la cama a su «objetivo». Son procesos que llegan por sí solos y nunca debe dar la sensación de forzamiento.

Ver también:  España: No es país para autónomos.

9. Nunca terminamos mal con la persona que nos da negativas.

¿Qué distingue a un buen seductor de un «baboso de sábado noche»?. El seductor, en todo momento es un hombre elegante, y sabe que el hecho de que le den una negativa hoy, no es motivo como para ser descortés y maleducado. No es nada personal. Simplemente la técnica te ha fallado o no era el momento, y por tanto, nos despedimos siempre con respeto y sin perder la oportunidad de tener una respuesta afirmativa más adelante.

He visto vendedores que ante una negativa, han roto el contrato delante de su cliente mostrando cierto gesto agresivo y cerrándose las puertas para una posterior colaboración. Jamás hagas eso, pues nunca sabes cuándo y dónde volverás a encontrarte a esa persona.

10. La mayor diferencia entre ventas y seducción.

El secreto de la venta es hacer clientes y no ventas. Una venta puede ser algo que cerramos hoy bajo toda una serie de engaños. Hacer un cliente significa hacer muchas más ventas a ese cliente y todas las referencias que nos envíe.

El buen seductor trabaja en cierto modo bajo el engaño, pues dice lo que la otra persona quiere escuchar y dice ser una persona que por regla general no es. Es decir, está seduciendo bajo la mentira con el pensamiento de una relación a corto plazo. Es por eso que los buenos seductores hacen muchas ventas, pero pocos clientes, y por tanto, a largo plazo no reciben dividendos de su creación de activos.

No obstante, como decía al principio, las técnicas de seducción y las técnicas de ventas son sorprendentemente idénticas en  casi la totalidad. Aprende a seducir y aprenderás a vender. Aprende a vender y serás un gran seductor.

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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