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4 palabras que crean abundancia real y que debemos recordar en momentos de escasez.

James Altucher ataca de nuevo con una interesante historia sobre un pasaje muy concreto de su vida donde según dice, 4 palabras le salvaron la vida, y desde entonces han guiado su carrera como empresario, escritor y padre.

Para aquellos que no conozcan a Altucher, podríamos definirlo de una forma rápida como una persona que es empresario, inversor, autor de varios best-seller, fundador y co-fundador de más de 20 empresas, de las cuales, según dice el propio Altucher, sólo 3 de ellas tuvieron éxito. Desde entonces ha aprovechado sus innumerables fracasos para hablar sobre ellos en los medios más relevantes, siempre con su sello distintivo «marca Altucher».
«Yo había vendido mi primer negocio con la idea de tener el dinero suficiente para el resto de mi vida, pero me quedé corto. Calculé que debía hacer 100 millones de dólares en lugar de la cantidad que hice.
Al año siguiente todo se vino abajo. Yo había invertido en malos negocios, malas ideas, malas inversiones en bienes raíces… todo mal!!
Estaba tirado en el suelo llorando, pues iba a perder mi casa. Nadie me devolvía las llamadas. Y es que después de tanto tiempo dedicado al trabajo y los negocios, no había llegado a construir relaciones duraderas. Nadie iba a ayudarme.
Todo lo que tenía eran 2 niños y una póliza de seguro de vida de 4 millones de dólares. Tuve una brillante idea: «mejor para mis hijos que tengan 4 millones que tener un padre como yo. Así que pensé en la mejor forma de suicidarme».
Años más tarde, le conté a mi hija aquella idea que se me pasó por la cabeza, y ella me dijo que eso, efectivamente, hubiera sido una muy mala idea. Y ella tiene razón.
Pero en aquel momento tenía miedo. Yo era el carcelero de mi propia prisión. Estaba tan hundido que tenía miedo de tomar cualquier otra decisión por el miedo a perjudicarme aún más.
En un momento de lucidez, me pregunté a mí mismo: ¿Qué funcionó en el camino para mí?, ¿qué no funcionó en el camino?.
Decidí centrarme en mejorar 4 áreas de mi vida, y elegí una palabra o frase para representar cada una de ellas. Esas palabras fueron: física, emocional, mental y gratitud creativa.
Física.
Física no se puede medir por la fuerza o el peso. Se mide por la energía que tienes para enfrentar el día. Mejor sueño, mejor movimiento, mejor dieta, y la voluntad para tomar las escaleras en lugar del ascensor. y no me refiero con ésto a la auto-ayuda, sino más bien «ayudar a tu auto».
Emocional.
Miré a mi alrededor y me di cuenta de que no tenía a nadie a quien pudiera llamar. No había amigos. No tenía a nadie a mi alrededor a quien pudiera amar o confiar, y que confiara en mí y que me amara.
Pasé activamente a la construcción de relaciones basadas en el amor y la confianza en lugar de negocio. Me desprendí de cualquier persona que no estuviera dispuesta a amarme y apoyarme.
Mental.
Desde aquel momento lo hago todos los días. Anoto 10 ideas al día. No tienen que ser ideas de negocios. Tampoco tienen por qué ser buenas ideas. Pueden ser ideas locas. Las mejores ideas vienen de las ideas locas. Para ser franco, Virgin Atlantic, de Richard Branson, fue originalmente una idea loca.
La capacidad de tener ideas es como cualquier otro músculo. Si no caminas durante 2 semanas, después te cuesta más trabajo caminar y necesitas una terapia física para hacerlo de nuevo. Lo mismo ocurre con el músculo de las ideas. Nuestro cerebro también se puede atrofiar. Así que para evitar que se atrofie, tienes que ejercitarlo.
Gratitud creativa.
Todos los días practico lo que yo llamo la gratitud creativa. Es un tipo de gratitud con desafío. No caigas en la trampa de la «porno-gratitud» en la que estamos agradecidos por nuestros hijos y tener un techo donde cobijarnos.
Cada día debo encontrar 5 cosas nuevas para ser agradecido. Esto no suena como un buen negocio, pero voy a contarte un secreto: «la gente piensa que no se puede estar agradecido con las cosas que no son abundantes, cuando en realidad, esas cosas no pueden ser abundantes si no eres agradecido con ellas».
Y estas 4 palabras se convirtieron en los soportes de mi negocio y de mi vida. Tenía que volver a levantarme, lanzarme a la vida otra vez. Y decidí levantarme.
Mi vida nunca volvió a ser la misma desde aquel entonces.
Esta filosofía de vida, estas reglas, me ayudaron a estar cerca de personas de las que recibía un apoyo emocional. Eran personas sanas y agradecidas, por lo que no tardé en volver con nuevas ideas de negocio creativas para ayudarles.
Comencé a centrarme en ayudarles a ellos, pues creas abundancia para ti mismo cuando creas abundancia para el resto. La única forma de ser un buen líder es convertirte en el sirviente de otras muchas personas.
¿Cómo ha cambiado mi vida en los negocios desde entonces?
Desde aquel momento he construido empresas con miles de millones en ingresos en todo el mundo. He logrado mucho más y he ayudado a más personas.
Cada 6 meses, mi vida es completamente diferente a los 6 meses anteriores. Tampoco sé qué ocurrirá en los próximos 6 meses del futuro. Sólo sé, que esté como esté, estaré bien.
Cuando perdí mi casa, hace muchos años, yo estaba casi muerto, empaquetando las cajas con las cosas de mis hijos mientras ellos me preguntaban: «¿A dónde vamos a ir?»… 
El día de la mudanza estaba cayendo una gran tormenta de nieve. Mis hijos comenzaron a hacer muñecos en la nieve. En ese momento, yo saqué la lengua como si fuera un niño otra vez y me puse a jugar con ellos. Desde ese día, desde ese momento, he estado creciendo».
James Altucher ha conocido el fracaso probablemente más que cualquier otra persona. De hecho, es de las pocas personas que ha pasado de ser millonario a la quiebra y de la quiebra a millonario más de un par de veces, aunque siempre ha tenido la capacidad de generar millones con la misma facilidad que los pierde, tanto en los negocios como en las inversiones. En este momento, nos satisface decir que Altucher es nuevamente un millonario con una vida aún más ordenada y calmada.
Y sin duda, es una persona a la que admiro como escritor, por su humildad y su sentido del humor, pero sobre todo, porque creo que cualquier persona se siente identificada con sus historias de «hundimiento personal», y por tanto, también deberían identificarse con esa mentalidad que le ha hecho levantarse una y otra vez.
Este artículo fue publicado originalmente por el propio James Altucher como autor invitado en Virgin. Adaptado y modificado por Negocios1000.com
A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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