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Cómo sobrevivir a un robo a mano armada en la empresa o tu negocio.

Nunca sabemos cómo nos vamos a comportar ante circunstancias concretas hasta que nos encontramos con ellas. Y éste es el caso ante un robo o atraco a mano armada, donde nunca está de más saber cómo se debe actuar llegado el momento, o, al menos, saber lo que no debemos hacer. Pueden parecer consejos muy obvios, aunque para muchas personas no son tan obvios, pero cuanto menos, sí que podrían ser de sentido común.

Personalmente sólo me he visto en esta situación una vez a lo largo de mi vida, y no es para nada agradable. Para comenzar, únicamente debes saber un par de cosas: una buena noticia, y una mala.
La buena noticia, es que por regla general (y lo más probable) es que la intención de un atraco sea únicamente robar y escapar sin hacer daño a nadie, porque los propios delincuentes saben que no es lo mismo robar que asesinar a efectos penales y de investigación policial.
La mala noticia es que incluso el ladrón con más sanas intenciones del planeta, y el más estúpido, puede llegar a hacer cualquier estupidez si se ve atrapado, e incluso puede cometer un error que cueste la vida a alguien, producto de sus propios nervios.
Una mañana de un día cualquiera en las oficinas de la empresa, escuchamos el ruido de unas motos acercarse a la empresa, y seguidamente se escuchaban las voces de «no os mováis», «las manos arriba», y toda una serie de palabras malsonantes que sobresalían sobre los gritos de las oficinistas.
Lo primero que vi al asomarme fue a un hombre vestido de motorista, con el casco puesto, y una escopeta recortada en la mano, el cual venía apuntando a 5 trabajadores que venían en fila india muy nerviosos.
En ese momento no podíamos ver lo que ocurría en las otras secciones de la empresa, donde en cada puerta de salida había otro motorista portando, o bien una escopeta, o bien una pistola.
Nos llevaron al fondo de la oficina y nos dijeron que nos sentáramos en el suelo con las manos a la vista, con la correspondiente amenaza de que si alguien se movía le dispararía.
El momento de mayor tensión se produjo cuando el motorista cogió a una administrativa del pelo y la arrastró por todo el pasillo dirección a la oficina donde estaba la caja fuerte.
Estaba claro que el motorista era no sólo corpulento y fuerte, sino bastante agresivo, por lo que la opción de que fuera capaz de dispararle a alguien no estaba descartada. Luego analizas muchas cosas, como el exacto conocimiento que el motorista tenía sobre quién era la responsable de la caja fuerte y en qué habitación se encontraba, teniendo en cuenta que en ese ala de la empresa trabajaban más de 20 personas y que había más de 10 oficinas. Pero en ese momento, lo cierto es que el miedo hace que sólo pienses en «que se acabe rápido ésto».
Aunque en ese momento no lo sabíamos, estaba ocurriendo lo mismo en el taller y en el otro ala de la empresa con otros dos motoristas.
La chica abrió la caja fuerte, el motorista metió el dinero en una bolsa, y se alejó de nosotros andando de espaldas mientras nos apuntaba.
Cuando se escuchó el ruido de las motos nuevamente, fue un momento de liberación, al saber que todo había acabado, y salvo la chica que habían arrastrado por el suelo, la cual estaba en estado de shock, no había ocurrido ninguna desgracia.
Y por regla general, así suelen ocurrir estos atracos, donde si nadie dice de enfrentarse a ellos, y se les da lo que piden, todo debe acabar de una forma rápida
Lo que sí estaba pensando en aquel momento, es que esperaba que nadie hubiera pulsado la alarma que teníamos en la empresa, pues si la policía llegaba antes de que aquellos motoristas se marcharan, aquello podría pasar de un simple atraco a mano armada a un atraco con rehenes, donde los ladrones podrían ponerse muy nerviosos al verse atrapados, y en ese momento, la situación ya sería muy impredecible.
Para tener en cuenta en caso de que alguna vez te veas en esta situación, aquí van algunos consejos para sobrevivir a un atraco… bueno, más que para sobrevivir, para no provocar que alguien haga una estupidez.
1. Colabora en todo momento con el atracador, tanto por tu seguridad como por la seguridad de todos los presentes. Cumple con las exigencias del ladrón.
2. Mantén la calma. El corazón te irá a 1.000 por hora, pero el histerismo no ayuda a nadie. Incluso puede empeorar la situación. Recuerda que las emociones son contagiosas, y que el ladrón ya ha entrado con los niveles de adrenalina a tope, por lo que si lo pones nervioso, puede hacer cualquier estupidez. Recuerda que la mayoría de ladrones, no son profesionales.
4. El tema de la alarma silenciosa….
Sinceramente, en este punto no sé qué es lo mejor, pues como decía arriba, lo peor que te puede pasar es que la policía llegue rápido, y el robo se convierta en un atraco con rehenes, donde acabe habiendo disparos. Por mi parte aconsejaría que si observas que todo va bien, deja que el ladrón o ladrones se vayan cuanto antes. Al menos yo lo pensé de esa forma. 
5. No hables. mantente lo más callado posible, y habla sólo para responder a las preguntas que te hagan.
6. No mires fijamente. La mayoría de las personas, cuando están haciendo algo malo, se sienten incomodadas cuando se les observa. En este caso, el ladrón podría sentirse intimidado si te ve observándole. La forma de demostrarle que no eres una amenaza es agachando la mirada.
7. No hagas movimientos bruscos. Hay personas que cuando se ponen nerviosas se llevan las manos a los bolsillos o al pecho. Levanta las manos enseñándoles las palmas, lo cual induce tranquilidad y falta de amenaza. Recuerda que aún sin intención de disparar, el dedo del ladrón estará en el gatillo, y los nervios pueden hacer que lo accione, aún sin ser su intención.
8. No te hagas el héroe. No merece la pena. El dinero y las cosas de valor se pueden reemplazar, pero tu vida no es reemplazable.
9. Si reconoces al ladrón, no lo digas durante el atraco. A veces se hace por mera estupidez, pero en otras ocasiones, con la intención de calmar al ladrón, alguien podría reconocerlo y llamarlo por su nombre. Este acto podría cambiar el curso del atraco de forma muy negativa, porque el ladrón sabría que ya no tiene escapatoria. Por tanto, aunque sepas quién es, cállate, y díselo luego a la policía.
10. No persigas al ladrón una vez salga fuera del negocio, empresa o local. Deja que sea la policía quien se encargue de ello.
Nunca sabrás el miedo que tendrás o el peligro al que te enfrentas hasta que no pases por una vivencia de este tipo, pero intenta al menos tener estas 10 cosas presentes si llega el momento.
Como supongo que alguien hará la típica pregunta de.. «¿y ésto qué tiene que ver con negocios?», pues ya anticipo la respuesta: «La regla número uno para tener éxito en los negocios, es estar vivo para tener éxito» 🙂
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A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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