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Personas que sólo necesitan dormir 4 horas al día – Ésto es lo que la ciencia ha descubierto sobre ellas.

Cuando hablamos de las 6 ventajas injustas que algunas personas pueden tener sobre nosotros, el no tener la necesidad de dormir más de 4 horas al día se encontraba entre ellas. Donald Trump, Madonna, Barack Obama, Marisa Mayer (Yahoo) y Elizabeth Holmes, entre otros, tienen esa característica que en sus días tuvieron Napoleón y Margaret Thatcher (la Dama de Hierro).

No tenían necesidad de dormir más de 4 horas, y se despertaban perfectamente descansados y totalmente alerta. No tuvieron que esforzarse o adquirir el hábito de dormir poco. Sencillamente, es algo genético contra lo que una persona normal y corriente, no puede competir.
Abby Ross junto a su padre de 92 años – Business insider

Hasta hace relativamente poco, conociendo las consecuencias que la falta de sueño tienen para la salud, se pensaba que estos privilegiados podrían sufrir algunas consecuencias derivadas de esa falta de sueño, pero según Ying-Hui Fu, biólogo y profesor de genética humana en la Universidad de California, podría suceder todo lo contrario. 

Tras comenzar su investigación de estos casos en 1996, todo parece indicar que aquello que hace que estas personas no tengan necesidad de dormir más de cuatro horas, también les hace gozar de mejor salud física y mental.
Aunque no está diagnosticado oficialmente, a estos casos se les asocia con una condición conocida como «short sleeping», lo cual supongo que podríamos traducirlo como «corto durmientes». Aunque también se les llama «la élite del insomnio«. Se calcula que únicamente un 1% de la población padece este problema-bendición.
En primer lugar, los casos analizados muestran algunas similitudes entre estas personas que no necesitan dormir 7, 8 ó 9 horas:
  • Tienden a ser físicamente muy activos.
  • Tienden a ser más optimistas que la mayoría.
  • Si duermen más de lo que necesitan, tienden a sentirse mareados.
  • Tienden a evitar la cafeína, pues no la necesitan para sentirse enérgicos.
  • En un alto porcentaje, otro miembro de su familia es también un «corto durmiente», por lo que abre la vía para analizar la influencia del factor genético.
El sueño corto se considera un trastorno del sueño para esas personas que tienen dificultad para dormir más tiempo por diferentes factores, pero sienten que conforme avanza la semana, el cansancio se acumula en su cuerpo. En el caso de este 1% de la población, no estaríamos hablando de un trastorno, sino de una ventaja genética, de un regalo.
Ying-Hui Fu recibió en 1996 a una mujer que buscaba respuesta a una pregunta: «¿Por qué en mi familia todos nos acostamos tarde y nos levantamos a muy tempranas horas todos los días?» Esta mujer tenía 64 años. Se llamaba Abby Ross, era psicóloga y amante de las maratones.
Fue cuando el biólogo comenzó a estudiar a esta familia y comenzó un estudio de más de 20 años de duración, donde ahora, además de las personas madrugadoras y las trasnochadoras, había algunas que se encontraban en un punto intermedio, y encontró  también que las de cada grupo suelen tener ciertos rasgos en común.
La señora Ross se sometió a todo tipo de pruebas médicas y preguntas psicológicas en la clínica de Fu, con la condición de que ella nunca sabría si tenía los genes que estaban asociando a las personas que no tenían necesidad de dormir. La justificación del laboratorio para esto, fue que si alguien llegaba con síntomas de «sueño corto» y no tenía ningún gen de los «corto durmientes» ya identificados, eso no significaba que no fueran corto durmientes, sino que podría haber distintos genes que habría que ir investigando. 
Ross aceptó el «trato» porque ella estaba segura de que lo que tenía no era un problema, sino un regalo, pues fue una ventaja para ella en el colegio y en la Universidad, al acabar su licenciatura en 3 años, ya que su trastorno le permitía coger más asignaturas de las habituales y tener más horas de estudio por el mismo cansancio.
¿Y qué hay de la salud de los corto durmientes?
Los casos analizados por Fu muestran que tienen una salud excelente. Ross ha llevado siempre una vida muy activa, y según la publicación de Business Insider, hace 10 años hizo 3 maratones en un mismo mes. Incluso a sus 64 años, ella hace 5 millas de caminata y otras actividades diarias.
El padre de la señora Ross es también un corto durmiente de 92 años, el cual goza de una buena salud. La mayoría de los corto durmientes que entran al laboratorio de Fu tienen entre 40 y 70 años, y gozan de buena salud.
Siguen buscando más casos de corto durmientes verdaderos para continuar con la identificación de genes que otorgan este regalo, pues la hipótesis de que estos genes están implicados en la longevidad está cobrando mucha fuerza.
Según Fu, en algún momento del futuro podríamos dar con la clave para que todos podamos dormir únicamente 4 horas aunque no hayamos nacido para ello, solucionar la totalidad de los problemas relacionados con el sueño y mantener un cerebro sano.
Luego, me imagino que alguien pensaría en aumentar las jornadas laborales en las empresas, al no tener necesidad de dormir tanto, y adiós al invento.

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A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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