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¿Cómo evitar la procrastinación o dilación, el mayor enemigo del éxito?

Para ser una persona más disciplinada, primero debemos acabar con la procrastinación o dilación.

El amigo del éxito se llama disciplina. El mayor enemigo del éxito, por el contrario, se llama dilación o procrastinación, que básicamente, sería dejar las cosas para más adelante con el falso pretexto de que no tenemos tiempo, o la falsa creencia de que realmente lo haremos más adelante, cuando por regla general , lo que se pospone, para un buen procrastinador, acaba por no hacerse.

Hay quien piensa que se nace con este problema, porque no te equivoques, es un serio problema, a menudo crónico. No obstante, la mayoría de los psicólogos opinan que el procrastinador no nace, sino que se hace. En mi opinión, no importa demasiado si se nace o se hace, pues cuando ciertos hábitos ya han sido adquiridos y nos acompañan durante toda la vida, nos costarán el mismo esfuerzo desprendernos de ellos tanto si han sido adquiridos como si los trajimos de serie.

Las personas que suelen dilatar las cosas en el tiempo suelen tener un problema de autocontrol o autorregulación, lo que con el tiempo, también les hace más propensos a caer en el consumo más elevado de alcohol y otros problemas sociales.

Asimismo, acaban desarrollando un serio problema de concentración, pues las personas que dilatan las cosas por la falta de tiempo, son buscadores activos de distracciones para así evitar hacer las tareas que son más importantes.

Y lo peor de todo, es que no sólo consiguen menos cosas en la vida, sino que además, suelen ser más infelices que el resto, pues saben que no hacen muchas cosas que deberían hacer para conseguir aquello que otros consiguen porque hacen lo que deben hacer.

Como decíamos en nuestro artículo «la disciplina del éxito«, estudiar o adquirir grandes conocimientos no significa que vayas a tener éxito en la vida, pues si los conocimientos fueran el requisito esencial del éxito, la mayoría de la gente lo tendría. El éxito llega cuando esos conocimientos se ponen en práctica, es decir, aplicar los conocimientos a través de una acción concreta.

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¿Pero cómo ser una persona disciplinada cuando soy un gran procrastinador?

La respuesta sencilla a esta pregunta, sin lugar a dudas sería responder con la evidencia. Una vez que una persona sabe que tiene este problema y que debe hacer algo, es cuestión de comenzar a pensar como una persona disciplinada y, hacerlo. No decir que vas a hacer algo mañana, sino hacerlo hoy. Ya, ahora mismo.

Hacer una lista con las tareas importantes que debemos hacer,  dejar de hacer el capullo y ponerse a hacerlas una tras otra, sin admitir distracciones.

Como solemos decir, la mejor forma de adquirir hábitos y ser disciplinado cuando no tienes disciplina, es comportarte como una persona disciplinada hasta que consigas serlo, es decir, el famoso «aparentar hasta que lo consigas», y que este hábito se arraigue a tu forma de ser de la misma forma que se arraigó la dilación.

Pero hay algunos trucos que pueden ser efectivos.

No vamos a decir que el procrastinador no tenga motivaciones, pero lo cierto es que tampoco tiene fuerza de voluntad para luchar por alcanzar sus metas. Así que comencemos por aquí, por la fuerza de voluntad.

En primer lugar, teniendo en cuenta que lo más probable es que la fuerza de voluntad sea algo muy esporádico para el procrastinador, sería una mejor idea que no estuviera solo en su propósito. Me refiero a que comunique su intención a otra persona de confianza que la obligue a cumplir cuando comience a desviarse, porque lo más probable es que acabes desviándote del camino.

Anclar un esfuerzo junto con algo que nos motiva.

Algunos trucos que ayudan desde la neurociencia, sería el anclar un esfuerzo a algo que nos motiva. Por ejemplo, el caso de una chica que tenía el propósito de adelgazar, y sabía que iba a tener que salir a correr y dejar de comer dulces.

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En primer lugar, a esta chica no la podemos enviar a correr sola, pues lo hará el primer día y probablemente un par de días más. Por lo que correrá en una cinta de correr en un gimnasio. Y le vamos a anclar ese esfuerzo a hacia algo que le encanta. En el caso de ella eran los audiolibros. Le encantaba estar horas y horas tumbada en el sofá escuchando audiolibros.

Por lo tanto, creamos la primera regla. «A partir de ahora sólo escucharás audiolibros encima de la cinta». Y una forma de que lo cumpla es obligarla a que le dé todos sus audiolibros a una persona que se encargará de ir con ella al gimnasio.

De esta forma, podemos asociar vagamente un esfuerzo a algo placentero (correr-audiolibros). No obstante, al igual que el dejar de fumar, nio todos los trucos del mundo evitarán que debas sacar fuerza de voluntad y disciplina.

En otros casos debemos llegar a un acuerdo con nosotros mismos a través de la creación de otro tipo de reglas y normas del tipo «si hago_____ podré hacer _____. Si no hago_____, no podré hacer_____»

Por ejemplo: «si acabo este trabajo, podré ir al cine esta noche. Si no acabo el trabajo, no podré ir al cine».

Como podrás observar, el problema puede venir de la infancia, si tus padres te dejaban ver la tele tanto si acababas los deberes como si no.

(Ver: El éxito comienza por hacer la cama cada mañana, según un ex-SEAL de los marines)

Anclar un buen hábito a un mal hábito (esfuerzo-recompensa)

Si te gusta comer dulces y estás intentado reducir su consumo, vamos a usar eso para que durante algún tiempo no tengas necesidad de dejar de comer dulces. Me explico.

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Imagina que tienes que hacer un trabajo y que todos los días tendrás la necesidad de hacer informes o escribir, y te está costando horrores ponerte a hacerlo.

Crea la regla de «sólo podré comer dulces mientras esté escribiendo o haciendo informes». Una vez te haya funcionado este sistema para no dilatar tu trabajo, después úsalo para dejar los dulces.

Pero un procrastinador no debería confiar en sí mismo.

Si eres un procrastinador, la persona de la que menos te puedes fiar, eres tú mismo. Tus promesas no tienen ningún valor, por lo que esos «trucos» serían inservibles al no ser una persona disciplinada, y que carece de fuerza de voluntad.

Es por eso que suele ser necesario para su efectividad el hecho de tener a una persona de confianza que se encargue de que cumplas con estos auto-chantajes y recompensas.

Comienza por pequeños cambios, haciéndote más disciplinado en las tareas pequeñas, pues la dilación es un hábito (un mal hábito) y como todo hábito, es más útil sustituirlo por otro que eliminarlo.

Dicho de otra forma, no te centres en evitar la dilación. Céntrate en ser más disciplinado. Parece lo mismo pero no lo es. Ambos hábitos no pueden convivir simultáneamente, pues son todo lo contrario.

No obstante, como dije al principio, la forma más eficaz de evitar la procrastinación es reconocer que tenemos un problema, y comenzar a hacer listas de lo importante, marcarnos horarios sin distracciones y comenzar a adquirir una disciplina en nuestra vida, del tipo «las cosas no se dicen, se hacen, y al hacerlas, se dirán solas».

Ver: 25 hábitos de las personas de éxito.

Vídeo con 5 pasos para ser más disciplinados y vencer la procrastinación. Puedes suscribirte al canal de Youtube desde aquí

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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