EstrategiaHacks de vidaPsicologíaTodo

Cuando te sientes realmente mal y el pensamiento positivo no es la solución.

La importancia del pensamiento positivo no va a lograr que la energía del universo se alinee para traerte cosas buenas, como dicen algunos libros. Su eficacia está avalada por la ciencia. Numerosos estudios han constatado que las personas que piensan en positivo suelen tener mejor salud y más éxito en la vida que los pesimistas.

Ahora bien, como acérrimo creyente de la importancia de pensar en positivo, también soy consciente de que cuando estás mal, estás mal, y por mucho que intentes pensar en positivo, seguirás estando mal. Tendrás probablemente muchos momentos en los que te sientas anímica y mentalmente agotado, con dificultad para concentrarte en aquello que debes hacer, y por más que te repitas en tu cabeza una y otra vez el mensaje: «tengo que estar bien, tengo que estar bien», lo cierto es que no siempre será eficaz.

Como dice el viejo proverbio, «caerse está permitido, pero levantarse es obligatorio». Por lo tanto, soy también un gran creyente del periodo de gracia de 3 días, es decir, se permite que un problema (sea cual sea) pueda tumbarte 3 días, pero a partir del tercer día, debes tener asimilada la situación para esos problemas que no tienen solución o estar centrado en las soluciones para aquellos problemas que dependerán de nuestras acciones. Si estás ocupado tomando acción en la resolución de problemas, el problema se convierte en un objetivo a superar, y por lo tanto pasa de ser un problema a ser una meta.

(Ver: 5 formas de liberarse de la negatividad)

Puesto que las personas suelen buscar palabras de consuelo que en ocasiones no nos hacen ningún bien, sí que podemos recurrir a otro tipo de consuelo más pragmático. En principio….

Ver también:  La gran pregunta: ¿Quién mueve los hilos de la economía global?

1. Si estás mal, es tu problema, y no el problema de los demás.

El otro día observé una escena que muestra claramente lo idiotas que podemos llegar a ser cuando tenemos problemas. En una cafetería donde reina el buen humor por parte de los camareros, ante una broma de una camarera, el jefe le dijo: «hoy no estoy para bromas». La cara de la camarera cambió radicalmente, al igual que las caras de algunos clientes. El «mal rollo» se instauró en el local en cuestión de segundos.

Si tienes un mal día, te jodes. Es tu mal día, no el de los demás. Flaco favor haces a los demás y a ti mismo si contagias tu estado de ánimo al resto, pues los estados de ánimo son contagiosos. Así que, cuando te sientas mal y estés rodeado de gente alegre, deja que te contagien esa alegría, y probablemente mejore tu estado de ánimo. Si eres tú el que contagias tu estado de ánimo depresivo, el propio ambiente que creas te genera más depresión.

(Ver: Cómo superar un desengaño amoroso en 72 horas)


2. No sólo eres tú.

No importa el problema que tengas en estos momentos. Hay otras muchas personas que lo tienen, y muchas más que lo han tenido. Incluso verás probablemente personas con una increíble sonrisa en su rostro que en estos momentos podrían estar pasando por donde tú estás pasando.

Todos tenemos o hemos tenido momentos de frustración, dolor y tristeza. Y aquí estamos. Es mala estrategia consolarse con el sufrimiento ajeno, pero es una excelente estrategia el recordar que hay otras personas que padecen el mismo problema que nosotros y lo están resolviendo de forma estoica.

Ver también:  17 Reglas de la vida

Es decir, no estás solo en tu problema y tu situación no es más importante que la de los demás. Sencillamente, es similar. No eres el primero que sufre porque lo han despedido, porque le ha dejado su pareja, etc…

3. Siempre podría ser peor.

Por muy mal que estés o por mucho que te haya ocurrido, recuerda que la cosa siempre podría ser peor de lo que es. De hecho, el hundirse ante un problema, hace que nosotros mismos aumentemos ese problema y lo traslademos a otras áreas de nuestra vida. No olvides las leyes de Murphy: «cuando creas que algo no puede ir a peor, descubrirás que sí podía».

Así que consuélate sabiendo que no es tanto como podría ser, pero crea la alerta para que tengas claro que de tus acciones inmediatas dependerá que llegue a peor o no. De paso, recordando ésto, aprenderemos a ser más agradecidos.

4. Siempre se pasa.

Nada dura para siempre, así que si estás en uno de esos estados de ánimo en los que te sientes como si este período de sufrimiento fuera a durar eternamente, te garantizo que no lo hará, a no ser que entres en esa fase de «idiotez» y que tú hagas que dure eternamente.

Recuerda que la vida no es lineal, y ésta es un conjunto de altibajos. Míralo como si fuera un juego. Cada problema, obstáculo o dificultad es una prueba que la vida te pone para enseñarte una lección o vacunarte para que puedas resolver otros problemas futuros más fácilmente.

Recuerda también que no hay luz sin oscuridad ni silencio sin ruidos, por lo que gracias a esos momentos de sufrimiento, sabremos apreciar y disfrutar mucho más de los momentos placenteros de la vida.

Ver también:  12 plataformas para hacer un Curriculum en linea.

5. Estar mal está bien.

Para nosotros, los que hablamos de gestionar correctamente las emociones y no dar lugar a que nos invada la frustración, en ocasiones podría causarnos un enorme sentimiento de culpa el hecho de atravesar un estado anímico negativo.

Estar mal en un momento dado de nuestra vida es algo muy normal y natural. De lo contrario, no seríamos humanos. Personalmente, soy una persona de carácter afable, alegre, positiva y con sentido del humor. Y no hay nada de malo en reconocer que hay momentos en los que esa alegría y sentido del humor han desaparecido por completo, y que incluso otras veces he respirado 100 veces para evitar mandar a alguien al carajo.

Me doy permiso para sentirme abatido, pero por suerte o por experiencia, el abatimiento desaparece rápido porque sé que salir de ese estado de ánimo depende de mis acciones. ¿Se puede aprender a controlar las emociones negativas? Por supuesto.

Recuerda estas cinco cosas cuando te sientas verdaderamente mal, y si no te funcionan, te devolvemos tu problema.

Como complemento, te recomiendo: 17 pasos para sobrevivir a los peores momentos de tu vida.

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.