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7 Consejos a tener en cuenta a la hora de prestar dinero a amigos o familiares.

Cómo debes proceder a la hora de prestar a amigos o familiares

Hay un viejo dicho muy famoso que dice «si prestas dinero a un amigo, pierdes el dinero y el amigo». Y no necesariamente deben ser altas sumas de dinero. A veces, una simple y pequeña cantidad de dinero con su posterior dificultad para devolverla, hace que se genere en cierto modo una incomodidad, y no necesariamente por parte del «prestatario».

En un anterior artículo publiqué los motivos por los que no voy a prestarte dinero.

Personalmente, por defecto, cuando me piden dinero prestado, mi respuesta es NO, aunque está claro que he hecho excepciones. Y más claro aún es que en el 50% de esas excepciones, se ha cumplido el dicho: «perdí el amigo y el dinero».

Por lo tanto, estos son unos consejos muy básicos que normalmente recomiendo, y aunque no siempre hay que tomarlos al pie de la letra, dentro de lo posible, se recomiendan.

Pasos a la hora de prestar dinero a amigos y familiares

 

1. No tengas reparo en decir NO.

No tienes absolutamente ninguna obligación de darle tu dinero a alguien, y más siendo un dinero duramente ganado o ahorrado a base de sacrificios. A menudo, estás haciendo una peligrosa inversión de mucho riesgo y cero recompensa.

Sigue tu intuición, y si no te sientes cómodo prestando el dinero a esa persona en concreto, sólo di que NO. Si por no prestar dinero, ese amigo se pelea, ten muy presente que lo más probable es que fueras a terminar así de igual modo, aunque sin el dinero que prestaste. Analiza muy bien a quién estás pensando en ayudar.

(Ver: Por qué debemos hacer caso a nuestra intuición y cuándo debemos ignorarla)

Ver también:  Éstos son los pilares básicos para ser rico.

2. No cedas al chantaje emocional.

Las personas que necesitan dinero, en ocasiones te expondrán una situación mucho peor de la que realmente tienen, con lágrimas incluidas. Cuando veas a una persona con ese nivel de dramatismo, piensa que llegados a esa situación, lo más probable es que su situación vaya a peor, y no a mejor, por lo que la probabilidad de que te devuelvan tu dinero en el corto-medio plazo va a ser bastante baja.

Claro que si quieres hacer una obra de caridad, eso ya es otra historia.

3. No uses tus propios ahorros.

Presta únicamente una cantidad que te puedas permitir perder en caso de que el dinero no sea devuelto, pues existe probabilidad de que así sea.

Si tienes un producto de ahorro o inversión, no saques el dinero de ahí, y tampoco uses el dinero destinado a tu fondo de emergencia, pues ese dinero está precisamente para eso: para emergencias (las tuyas).

4. Si prestas el dinero, no eches nada en cara.

Si el dinero va ir acompañado de un «discursito» en el que vas a criticar las habilidades financieras de esa persona o lo mal hombre de negocios que es, la mala cabeza que esa persona tiene, etc… no lo prestes, pues esa persona cogerá el dinero, pero no estará realmente agradecida contigo, sino humillada por ti.

Y si algún día te devuelve el dinero, su sensación con respecto a ti quedará grabada en su cabeza. Claro que puedes darle un consejo de forma cortés.

5. Redacta un contrato.

La mayoría de las personas olvidan que el hecho de prestar dinero casi nunca es meramente amistad, sino una transacción financiera con unas estadísticas nefastas de cumplimiento. Por eso, intenta hacerlo de forma profesional.

Ver también:  16 Formas de ganar dinero sin trabajar y sin hacer nada.

Hacerlo amistosamente, pero con un contrato por escrito: vamos a hacer un papel donde ponga que hemos prestado a «fulanito» 1.000€, y que se compromete a devolverlo en la fecha acordada. tenerlo por escrito y que cada uno tenga una copia, al menos recuerda que uno debe dinero y al otro le deben dinero.

Y si la cosa se tuerce, al menos tienes un documento que te serviría en un procedimiento legal. No obstante, por si te sirve de motivación inversa, si esa persona pierde su trabajo y se queda sin ingresos, ningún juez le va a embargar nada para pagarte a ti.

Esa persona únicamente debería decirle al juez que reconoce la deuda y que tiene intención de pagártela, pero que ahora no puede.

6. Ponte en el peor escenario posible.

En la mayoría de los casos, cuando prestamos dinero a amigos o familiares, no siempre todo acaba como lo habíamos planeado, por lo que debes hacerte algunas preguntas:

  • ¿Podré pasar sin que me afecte en caso de que no me devuelvan ese dinero?
  • ¿Qué conflictos me acarrearía si no me pagan el dinero?
  • ¿A parte del dinero, qué más perdería si dejo de ver a esa persona al estar incómoda por deberme dinero? Y es que a veces, no sólo perdemos al amigo, sino todo lo que acompaña a ese amigo.

7. Tener un seguro.

Esta parte puede sonar dura, pero si se trata de un amigo al que queremos ayudar, pero algo nos dice que no nos podemos fiar demasiado de él, en ocasiones, algunas personas prestan el dinero condición de hacer un pre-contrato donde esa persona pone algo a nuestro nombre (un coche, una moto…)
Puede parecer un comportamiento extorsionador, pero es una forma de tener el derecho, pero no la obligación, de que, en caso de que esa persona no cumpla y nos haga perder nuestro dinero, al menos podamos recuperar la totalidad o parte del dinero con otro activo.

De paso, puede que surja una conversación interesante:

Ver también:  10 consejos sobre dinero y finanzas que debes seguir antes de los 30.

-¿Por qué me pides eso? ¿Es que no te fías de mí?

-Yo sí me fío de ti, es un mero procedimiento. ¿Si vas a cumplir, qué te preocupa?

No obstante, es preferible no llegar a este último punto, pues la situación que se genera ya es incómoda de por sí. Mucho más incómoda que si decimos directamente que no está dentro de nuestros valores financieros el prestar dinero.

Ver: 17 consejos para mejorar tus finanzas personales

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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