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El mito de los ingresos pasivos.

Todo el que haya leído libros sobre educación financiera tiene muy claro que la forma de alcanzar la ansiada libertad financiera, consiste en crear activos para que éstos nos generen ingresos pasivos de por vida. Es cuando vemos frases del tipo «yo gano dinero mientras duermo o gano dinero mientras estoy de vacaciones» y «No trabajes por dinero, que el dinero trabaje para tí».  Pues bien, los ingresos pasivos tal y como la mayoría se los imaginan, sencillamente no existen, pues rara vez se pueden mantener sin gestión activa por nuestra parte. Y no es por desmontar el sueño de alguien, sino más bien por acercarlo a la realidad.

Esa imagen de estar todo el año en una playa tumbado en una hamaca mientras fumamos un puro 100% cubano, y una mujer de grandes pechos poniéndonos el protector solar mientras nosotros estamos ganando dinero gracias a nuestros ingresos pasivos, está muy alejada de la realidad (leer: Los únicos secretos para hacerte rico)

Para comenzar, si queremos que el dinero trabaje para nosotros, primero, debemos tener dinero, y éste hay que ganarlo. Nuestro primer capital únicamente se puede conseguir a través del trabajo y ahorro durante un tiempo. Una vez que tenemos dinero, evidentemente ya podríamos invertir o montar un negocio (generar activos)

No existen los ingresos pasivos, pero sí los ingresos redituables.

Si nos paramos a pensar qué tipo de activos son los que nos generan ingresos pasivos, los ingresos pasivos más puros son los que recibimos de las acciones, bien sea por plusvalías o dividendos, así como inversiones en renta fija (depósitos a plazo fijo o compra de deuda soberana) y patentar un producto. En el caso de las acciones, tampoco serían ingresos pasivos como tal, ya que deberemos estar pendientes de nuestra inversión. Cuanta más gestión activa, mayor control del riesgo y menos sustos. Para mí, la inversión en bolsa jamás ha sido un ingreso pasivo, sino más bien un vehículo para aumentar los ahorros.

Ver también:  11 Reglas en las finanzas personales - Educación Financiera.

(Leer: Frases de los mejores inversores que nos ayudarán a entender la inversión en bolsa)

Un escritor recibe ingresos supuestamente pasivos a través de la venta de sus libros. En el caso de Robert Kiyosaki, éste ha ganado más dinero vendiendo su fórmula para ganar dinero (en libros), que con sus ingresos pasivos (derivados de inmuebles y acciones) acumulados en toda su vida (Padre Rico, Padre Pobre, aún se vende en todo el mundo). Aún así, escribir un libro requiere un duro trabajo, del mismo modo que una web o blog nos puede generar un ingreso pasivo, cuando lo cierto es que en el momento que dejemos de estar activos corremos el peligro de reducir ese ingreso o ser superados por otras personas. (Una carrera no la gana el más rápido, sino aquel que continúa corriendo cuando el resto aminora el ritmo)

Y por último tendríamos las rentas de los bienes raíces de inversión, negocios o redes de mercadeo, en cuyo caso, salvo las rentas de los inmuebles, tanto con nuestra empresa como en redes de mercadeo, nuestro ingreso jamás podría ser pasivo, aunque sí redituable.

Muchos pensarán que si tienes una empresa, siempre puedes contratar a una persona para que dirija la empresa y de esa forma recibes ese tipo de ingreso. Rara vez un empresario serio deja la empresa en manos de otras personas sin estar activamente en ella. Miremos el caso de Gates, Slim, Amancio Ortega, Buffett, Zuckerberg, etc…

Aprovecha tu «momentum».

Como ya decía Donald Trump en La mentalidad de un emprendedor, debes generar momentum y mantenerlo en movimiento. Es decir, una vez que has conseguido tener éxito, no es momento de tumbarte en la hamaca, sino de continuar creciendo, pues en el mundo que vivimos en la actualidad, todo se mueve muy deprisa, y si bajas la guardia, puedes perder todo lo ganado. Como decía el personaje de ficción Gordon Gekko, «el dinero es una prostituta muy celosa, que si no cuidas bien, una mañana podrías despertar y encontrarte con que se ha marchado».

Ver también:  14 formas de ser más feliz avaladas por la ciencia.

Hoy día, los negocios requieren de una constante innovación o adaptación para no quedar desfasados, y muchos de los ingresos que podríamos considerar pasivos, podrían ser únicamente temporales. Es por eso que en los negocios ocurre igual que en la inversión, y es que debemos diversificar en nuestros activos por si alguno de ellos dejara de funcionar.

Además, partimos de la base de que si hacemos aquello que nos gusta, disfrutaríamos de la experiencia de generar constantemente activos en forma de negocios e inversiones. Insisto en que no hay ni un sólo millonario entre los 100 primeros puestos de la lista Forbes que haya dejado de trabajar, y la pasión por su trabajo fue lo que les llevó, casi con total seguridad, a convertirse en millonarios.

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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