1. El fin de un empresario es ser dueño del negocio, y no un operario del negocio.
Venimos de la cultura de «quien tiene tienda, que atienda», y esa filosofía es la que quema a un emprendedor e impide el crecimiento del negocio. En un principio, el trabajo de un emprendedor probablemente sea de 24 horas los 7 días de la semana. Si con el tiempo, tu negocio no puede funcionar sin que tengas que estar presente, realmente no tienes un negocio, sino un puesto de trabajo. Debes ser capaz de crear un negocio o una estructura para que la empresa pueda funcionar sin ti. Hasta que no logres eso, no podrás decir que eres un verdadero empresario.
2. Recordar las necesidades básicas y otras áreas que influyen en el éxito.
De nada te servirá tener éxito en los negocios si no puedes cubrir otras necesidades básicas del ser humano, como son tus relaciones personales, la salud, incluso experimentar tu propio crecimiento como persona y profesional. Pero ante todo, según algunos empresarios de la talla de Tony Robbins, hablan de la importancia de sentir que en tu carrera como empresario, estás contribuyendo a una causa mayor. Es decir, en último término, un negocio que únicamente genera dinero, no es un buen negocio.
Por otra parte, el éxito en los negocios no tiene que ver únicamente con negocios y finanzas. Cuando vimos las 6 áreas de la vida que debemos dominar, hablábamos del dominio emocional, el dominio de nuestros valores, el tiempo, el dominio físico y el dominio de las relaciones.
3. Los ganadores anticipan mientras que los perdedores «van reaccionando» ante los imprevistos.
Es cierto que uno de los mensajes más populares en el mundo emprendedor es «no tener miedo a cometer errores y aprender de ellos», pero más cierto aún es el hecho de que hay errores que pueden costarnos demasiado caros, y que incluso podrían ser fatales para nuestro negocio.
Existen muchos desafíos, problemas e inconvenientes por los que otros empresarios ya han pasado, y la clave es aprender de esas personas y anticiparnos al error, pudiéndolo evitar a tiempo. No hay necesidad de chocar contra un muro si otra persona nos ha aconsejado sobre cómo evitarlo. Se aprende de los errores, pero también se aprende de la habilidad para evitarlos.
4. Enfréntate a la realidad tal y como es.
Olvídate de cómo era antes o cómo te gustaría que fuera. Observa la realidad de tu mercado, de tu empresa, de tus clientes. Kodak cometió este fatídico error.
Kodak inventó la primera cámara de fotos digital de la historia en 1975, pero no quiso ver la realidad por miedo a perder su rentable negocio. No ver la realidad del cambio en sus clientes, llevó a la compañía a la quiebra. Kodak hubiera preferido que la gente hubiese seguido revelando las fotos en papel, hubiera preferido que no se almacenaran dichas fotos en espacios digitales, pero lo cierto es que no importa lo que Kodak hubiera preferido, sino lo que preferían sus clientes.
(Ver: Jack Welch: 10 sabias lecciones de negocios y liderazgo del mejor ejecutivo del siglo XX)
5. Es mejor tener muchos pequeños negocios que un solo negocio muy grande.
Esta es la filosofía de Richard Branson, fundador del grupo Virgin, el cual está compuesto por más de 400 empresas. Branson sabe lo que es ver peligrar una empresa, pero también sabe lo que es tener otras cientos de empresas que funcionan. Quizá por este motivo Branson arriesgue en una nueva idea de negocio, en un nuevo proyecto.
Es uno de los consejos de inversión que podemos aplicar a los negocios: «no poner todos los huevos en la misma canasta». En los negocios, diversificar es rentable.
(Ver: 9 consejos de Richard Branson para emprendedores)
6. Tu pequeño negocio puede competir contra grandes empresas.
Si escuchas a los clientes y te enfocas exclusivamente en el cliente, David puede vencer a Goliat, o evitar que Goliat se coma a David (Ver: la teoría que explica que en la batalla de David contra Goliat, el débil era Goliat)
Llega un momento en que algunas grandes empresas olvidan por qué nacieron en sus días, centrándose ahora únicamente en los beneficios y no en el beneficio del cliente. Es ahí donde un pequeño negocio puede adquirir esa fortaleza y atacar la debilidad de esa gran empresa.
Habla con los clientes, escucha a los clientes. Ellos te darán el camino a seguir. Y esto nos lleva al siguiente punto….
7. No se trata de vender, se trata de ayudar.
El empresario Mark Cuban lo tiene claro: vender no es convincente. Se trata de ayudar. Lo cierto es que todos vivimos de la venta de algo, y el éxito es para los que saben vender. Pero también es cierto que vender implica a menudo connotaciones negativas, pues tratamos de lograr que la gente compre cosas que no necesitan, y que incluso vendemos en nuestro beneficio y no en el beneficio del cliente.
Por lo tanto, debemos crear un producto o servicio que sea útil de verdad, que ayude a los demás. De esta forma, el trabajo del vendedor se hace mucho más efectivo y el cliente vuelve.
(Ver: 12 lecciones de negocios de Mark Cuban)
8. Un buen candidato no siempre es bueno.
Si quieres probar suerte y/o sobrevivir en los negocios, busca un trabajador medianamente competente. Si quieres que tu empresa tenga un éxito duradero, contrata solo a los mejores. En ocasiones he visto procesos de selección de personal para buscar a un profesional, y la persona que necesitaban la tenían en la competencia: apasionada, competente y conocedor del mercado.
Pregunta quién es el mejor en el campo que quieres contratar, y luego véndele un proyecto de futuro en tu empresa. Hazte con esa persona. Si trabajas con los mejores, serás el mejor. Para ello, suelo poner como ejemplo a Elon Musk.
La estrategia de Elon Musk para el reclutamiento es bien sencilla: contratar a la mejor persona posible, tanto si se trata de un ingeniero para construir un cohete, como de servir el helado en la empresa. Y esta parte es literal, pues cuando buscaba a una persona para hacer yogures helados en la empresa, le dijo al director de talento de SpaceX que fuera a Pinkberry y que le trajera al empleado del mes.