Como alguien dijo alguna vez, «no vamos a decir nada que no hayamos dicho, pero como en el momento de decirlo, muchos no escuchaban, volvemos a decirlo».
1. Decide qué es importante para ti.
No podemos abarcarlo todo ni podemos complacer a todo el mundo. Párate a pensar qué es lo que realmente es importante para ti, céntrate en eso y no desperdicies demasiado tiempo en el resto de cosas que no son tan importantes.
Lo mismo para tus metas y objetivos. Apunta en un papel las 10 ó 15 cosas que te gustaría conseguir, elige las 3 más importantes, tacha el resto y no vuelvas a pensar en ellas. Pon todo tu foco y tu energía en lo que quieres lograr.
2. Averigua los valores de tu vida, y que nunca sean negociables.
A medida que avanzas en la vida puede ocurrir que tus intereses cambien, lo cual es muy sano, pero debemos definir nuestros valores y principios, y éstos nunca pueden cambiar, pues en el momento que negocias los valores, comienzas a llegar a sitios que puede que al inicio generen recompensas inmediatas, pero en el largo plazo, sólo empeorarán tu vida. Establecer unos valores y principios hará que tu vida tenga sentido y un propósito.
3. Deja de procrastinar de inmediato.
Retrasar las cosas o no hacer aquello que debemos hacer, probablemente sea uno de los peores hábitos que podemos llegar a adquirir. El hábito del éxito es la disciplina, y la procrastinación es la «kriptonita» de la disciplina, y por lo tanto, del éxito. En este vídeo dábamos algunos trucos para vencer la dilación y procrastinación.
4. Rodéate de personas más inteligentes y evita a los pesimistas.
Como se suele decir, somos la media de las cinco personas con las que más tiempo pasamos. Rodearse de personas más inteligentes que nosotros mismos es uno de los mayores atajos para aprender cosas nuevas y mejorar. Rodéate de personas apasionadas, que te empujen hacia delante, y evita a toda costa a esas personas que restan en tu vida y que no te aportan nada, salvo pesimismo.
5. Conviértete en una persona curiosa y explora continuamente.
No dejes de probar cosas nuevas, sobre todo si no has averiguado aún lo que quieres hacer en la vida. Adquiere nuevos conocimientos, nuevas habilidades cada día, incluso nuevas aficiones, introdúcete en nuevos círculos. Sobre todo, en el terreno profesional y negocios, planta muchas semillas. cuantas más mejor.
Alguna de estas semillas acabará dando sus frutos, un nuevo aprendizaje será la solución a algún problema y puede que una nueva habilidad adquirida acabe siendo tu ingreso principal.
Debes estar abierto a nuevas experiencias y oportunidades. El éxito, a menudo implica tomar un camino diferente al que llevas recorrido o probar un enfoque completamente diferente.
Ver: No busques tu pasión – haz ésto en su lugar – vídeo
6. Intenta no hacer nada sólo por dinero.
Incluso Richard Branson suele decir que un negocio que sólo genera dinero, es un pésimo negocio. No importa lo que hagas, pues si aquéllo que haces sólo te da un beneficio en términos monetarios, acabarás perdiendo el sentido de lo que haces o acabarás siendo superado por un verdadero apasionado de lo que hace.
Busca un trabajo en el que sientas que tienes una labor significativa que te ayuda a crecer como persona y en el que sientas que estás ayudando a otras personas de alguna manera. Puede parecer una tontería, pero saber que haces del mundo un lugar mejor, puede darle sentido a tu labor en esos momentos más duros.
7. Reconocer la dicotomía de control.
No puedes controlar lo que la gente piensa de ti, dónde naciste o incluso el resultado de tus esfuerzos. Tampoco puedes controlar cientos de factores externos que pueden aparecer en tu vida en cualquier momento. Pero puedes controlar tu respuesta a todo esto. Aprender a actuar, cómo pensar y qué haces con todo esto que te sucede debería convertirse en un hábito prioritario, pues desgracias, fracasos, problemas y decepciones sufriremos probablemente a menudo, por lo que es necesario aprender a romper incluso las pautas negativas. No pasa nada por sentirte mal o sentirte triste un rato, pero debemos evitar que ese estado negativo se prolongue. Y sí, se puede aprender a hacerlo.
8. Vive para cambiar y aprende a adaptarte.
la vida es un cambio constante, y en los últimos tiempos, los cambios se producen con mayor rapidez. De los trabajos a los amigos y parejas, de los deseos a los temores, todo está en constante cambio, por lo que debemos aceptar los cambios como parte de la vida, y de hecho, debemos mentalizarnos que hemos venido a esta vida a cambiar. Hoy también se le llama progreso.
